La recuperación del antiguo trazado de la línea Reus-Roda es la alternativa mejor valorada por parte del Ministerio de Transportes para sacar las mercancías de la línea de la costa. Así lo informó este viernes el director general del Sector Ferroviario, Carlos Juárez, en la reunión que mantuvo con los representantes territoriales en la Subdelegación del Gobierno, en la que se plantearon las distintas propuestas surgidas del estudio vertebrador del ámbito ferroviario del Camp de Tarragona.
«Nos decantamos inicialmente por el corredor más próximo a la costa, más pegado a la antigua línea, por las afectaciones medioambientales, porque implica un coste menor y desde un punto de vista de la salida de los trenes del Port es el que menos te perjudica», aseguró Juárez.
La decisión todavía no está tomada. De hecho, el estudio propone hasta quince opciones en base a tres alternativas de corredor que son las que ayer fueron presentadas para empezar a descartar algunas de las propuestas y avanzar en la concreción de un trazado definitivo.
El primero de estos corredores, que es el que se ve con mejores ojos, es la recuperación de la línea de Constantí a Roda de Berà, siguiendo el antiguo trazado paralelo a la línea de alta velocidad Madrid-Barcelona. «Unimos estas dos poblaciones conceptualmente, pero lógicamente no puede hacerse porque la vía es inexistente y es imposible», decía Juárez. Lo que ahora tiene que acabar de definirse es cómo se concretará esta vía a su paso por Reus y La Pobla de Mafumet, ya que quiere evitarse que los convoyes pasen cerca de estos núcleo de población y, en este sentido, se proponen distintas alternativas de circunvalación.
Desde el Ministerio de Transportes no se descarta que estas circunvalaciones puedan hacerse por fases. «Suele ser una opción muy interesante a efectos de atacar el problema, pero en todo caso están previstas las posibles variantes en estos núcleos de población en los que el urbanismo prácticamente ha invadido la línea ferroviaria», decía.
En cuanto al segundo corredor, este aprovecha la infraestructura existente entre Reus y Alcover, de forma que se construiría un enlace desde esta población a Valls, para continuar a través de la vía existente hacia Sant Vicenç de Calders. En este caso, la inversión necesaria obliga a la duplicación de vías en los tramos existentes, para que puedan ganar capacidad de forma que puedan pasar tanto las mercancías como los pasajeros.
Más hacia el norte
Para el tercer corredor se impone esta misma filosofía. No obstante, en este caso, el enlace se ubica más hacia el norte, en el núcleo de Picamoixons. Aquí, el tramo de nueva construcción es mucho más pequeño. Sin embargo, la inversión en cuanto a la duplicación de vías es superior.
«No representa ningún peligro para la población el paso de las mercancías por las poblaciones»
Juárez aseguró que «buscaríamos las alternativas» si finalmente sigue adelante la segunda o tercera propuesta para «minimizar» la afectación a los núcleos de población. «No es viable ni sería razonable sacar las mercancías de todos los núcleos de población de Catalunya y España», reconoció el director general. Este expuso que «se ha extendido una leyenda urbana que dice que es peligroso el paso de las mercancías por las poblaciones, pero no representa ningún peligro para la población». Y, en este sentido, considera que en estos casos la solución pasa por aplicar medidas que permitan «proteger» de los ruidos, mitigando el impacto de estos convoyes.
El responsable del ministerio defendió que el caso de Tarragona es distinto ya que «no solamente pasamos por una parte sensiblemente céntrica de la ciudad, sino que la salida del puerto requiere hacer una maniobra dentro de la propia ciudad, lo que genera más ruidos». Y, al respecto, aseguró que «son casos particulares que hemos de tratar de forma diferencial, porque igual que digo que no representa ningún peligro por las ciudades, la manipulación de las mismas debemos ser más precavidos»
¿Y ahora qué?
El estudio del cual dispone el ministerio recoge las distintas alternativas a escala 1:25000 y el objetivo ahora es empezar a descartar opciones para definir el trazado definitivo. Un primer paso fue la reunión de este viernes con los alcaldes del territorio, la Generalitat y la Diputació de Tarragona en la que pudieron constatarse las distintas sensibilidades. Este encuentro de trabajo daba paso a continuación a una segunda reunión con los representantes de las cámaras de comercio de Tarragona y Reus, la Aeqt, el Port de Tarragona y la plataforma ciudadana Mercaderies per l’interior. En base a las opiniones de los diferentes agentes y del análisis de sensibilidades –con las ventajas e inconvenientes de las distintas propuestas que ha hecho la empresa encargada del estudio– se espera poder continuar con el siguiente paso.
Este hace referencia a una mayor concreción de las «tres o cuatro» alternativas definitivas, en este caso a escala 1:5000, además de la redacción del estudio socioeconómico. Esto debe permitir poder conocer con precisión los costes de cada una de las opciones, no tan solo a nivel económico, sino también en cuanto a emisiones de C02, impacto ambiental, tiempo e impacto sobre el territorio, entre muchos otros elementos. «Se busca una eficiencia social de las inversiones clave para poder optar a cualquier ayuda europea», indicó.
Sin un calendario
Juárez no quiso entrar en detalles en cuanto a los calendarios. Pese a ello, insistió en que el «consenso territorial» será clave para avanzar. «El contrato sigue abierto y no hay que hacer una nueva licitación. Si hay un consenso territorial nosotros empezamos a trabajar inmediatamente», defendió.
Fruto de las preguntas de los allí presentes, el director general fue más concreto. «Nos hemos emplazado a reunirnos de nuevo en octubre o noviembre para consensuar las alternativas con el territorio y de cara a finales de año poder tener la propuesta de trazado», indicó el portavoz de la plataforma Mercaderies per l’interior, Eugeni Sedano.
Este valoraba de forma «positiva» que se esté barajando recuperar la antigua Reus-Roda, aunque considera que «es un tema de tiempo». «La parte positiva es que no está parado y se avanza, pero nos gustaría que fuera más rápido. Y nos preocupa que si el tercer carril sigue adelante y las mercancías pasan por la costa se demore todavía más», decía.