El Govern decidirá en septiembre si permite soltar moscas transgénicas

La prueba para ver si son efectivas contra la mosca del olivo se haría en el centro que el IRTA tiene en Mas de Bover, en Constantí

19 mayo 2017 22:11 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:46
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El próximo mes de septiembre, la Generalitat decidirá si otorga o no el permiso a la empresa británica Oxitec, que ha pedido poder experimentar con moscas transgénicas en un recinto cerrado. El objetivo es ver si son útiles para luchar contra la mosca del olivo. Para ello se liberarían en una gran jaula con olivos unos dos millones de ejemplares de insectos mutados, tal como ayer publicó el Diari. Dicho experimento se haría a través del Institut de Recerca i Tecnologia Agroalimentàries (IRTA). Por ello, el centro elegido es el de Mas de Bover, situado en la carretera de Reus a El Morell, en el término municipal de Constantí, según apuntó ayer al Diari el director general de Agricultura i Ramaderia de la Generalitat, Alfons Vilarrasa.

El responsable autonómico recordó que la empresa británica ya solicitó hace dos años el mismo permiso, pero lo retiró porque le faltaban los estudios para poder realizar una evaluación de riesgo. El pasado mes de abril, Oxitec solicitó de nuevo el permiso a la Generalitat.

Quien ya se ha reunido –aunque se desconoce el resultado– es la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad. Ahora el caso se ha pasado a la Comisión Europea para que los estados miembros realicen observaciones, un plazo que se termina a finales de agosto. Tras ello, la Comisión Estatal para el Patrimonio Natural y la Biodiversidad redactará un informe –no vinculante–, que enviará a la Generalitat.

Las previsiones apuntan a que en septiembre se reunirá la Comissió Catalana de Biodiversitat para tratar este asunto. Está formada por los directores de Agricultura, de Territori i Sostenibilitat, de la Presidència y el de la Agència de Salut Pública. Contará también con un informe de expertos. Será entonces cuando se decidirá si se autoriza el ensayo o no.

Entidades ecologistas de varios países, como Greenpeace, han puesto el grito en el cielo porque, a pesar de que las moscas estarán en un recinto cerrado, siempre hay la posibilidad de que se puedan escapar, por lo que ya será imposible desmantelar el experimento.

Otra de las preocupaciones que hay en el sector productor de aceite de oliva ecológico es que si la oliva entrase en contacto con algunas de las nuevas larvas de mosca modificadas, los productos ecológicos podrían perder su certificado y la confianza del consumidor.

 

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