El tranvía del Camp de Tarragona sigue superando etapas, que confirman la propuesta consensuada entre los ayuntamientos y el Govern para la implantación de este sistema ferroviario que debe transformar la movilidad de este territorio. Este miércoles, el Diari Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) ha publicado la resolución «favorable» del estudio de impacto ambiental, aprobado por el Departament d’Acció Climàtica el pasado 5 de agosto y que debe permitir avanzar el proyecto constructivo, que se dará a conocer en breve.
El documento avala el trazado desde Cambrils a PortAventura por la antigua vía, así como la construcción de un enlace hasta Vila-seca. Asimismo, defiende que no se utilice la red ferroviaria existente de Adif para la conexión con Tarragona y Reus, sino que esta conexión se resuelva a partir de un «trazado independiente» que requerirá de un estudio de demanda.
El informe ya apunta a la necesidad de que el nuevo trazado «se tramite en la brevedad mayor posible con el fin de dar coherencia a todo el proyecto». Y, si bien no entra a consideraciones específicas sobre el trazado sí que afirma que «se estudiará la propuesta de discurrir por la N-340», aunque en otra parte del documento se habla de la importancia de «un estudio más profundizado y específico de alternativas del paso de los usuarios ante el riesgo químico», debido a la proximidad de la industria.
El estudio de impacto ambiental recoge las consideraciones territoriales, urbanísticas y en el paisaje. También incluye las aportaciones que se incorporaron desde los ayuntamientos, entidades e instituciones del territorio a partir del periodo de alegaciones que se abrió cuando se presentó el estudio informativo de la primera fase.
Entre las observaciones que apunta este estudio está la necesidad de una «integración paisajística de la infraestructura adecuado al entorno donde se sitúa, aprovechando la instalación para dar un valor ambiental y paisajístico a todo el tramo y hacerlo amable al disfrute e integrando elementos naturales dentro del ámbito urbano, o con un tratamiento paisajístico en los tramos rurales no tan densamente poblados».
En cuanto al impacto de esta infraestructura sobre la calidad del aire se considera que será «poco significativo», exceptuando el incremento derivado de la posible inducción de movilidad en vehículo privado que pueda generarse próximo a las estaciones actuando como intercambiador. Asimismo, se apunta a la necesidad de que el proyecto constructivo tenga en cuenta el impacto acústico, en cuanto a ruido y vibraciones. Finalmente, también se apunta a que debe hacerse un estudio «más profundo» de los corredores biológicos y pasos de fauna y que la futura infraestructura deberá contar con tubos para el paso de las avenidas de agua «con el fin de adaptarse a las consecuencias del cambio climático».