El Port de Tarragona embarcó dos yates de 48 y 58 toneladas en el buque de carga Caspian Harmony con destino al Puerto Rashid de Dubái. La operación contó con la participación de un equipo de submarinistas encargados de realizar los amarres de seguridad de los yates.
Operación en el Moll d’Aragó
El Moll d’Aragó fue el lugar donde el Caspian Harmony atracó para que la empresa Euroports realizara el embarque de los dos yates. Las operaciones comenzaron el 27 de noviembre con la carga de cuatro tanques en la bodega del barco. A continuación, se procedió a cargar los dos yates en la cubierta del buque mediante las grúas integradas en la embarcación.
Los yates se cargaron desde el lado marítimo, lo que garantizó la máxima seguridad y eficiencia durante todo el proceso.
Preparativos técnicos y seguridad
Un aspecto destacado de la planificación fue la ejecución de trabajos técnicos complementarios, como soldaduras y amarres, para asegurar la estabilidad de los yates durante el viaje. Estas tareas, fundamentales para este tipo de transporte, fueron realizadas por un equipo de submarinistas que operaron desde el agua.
La importancia de estas medidas radica en que los yates viajarán hasta su destino final en el Puerto Rashid de Dubái, recorriendo miles de kilómetros a través de rutas marítimas.
Yates de lujo
Los dos yates embarcados pertenecen a la categoría de lujo:
- Riva 66’, con dimensiones de 21 metros de eslora, 5 metros de manga y 7 metros de altura, y un peso aproximado de 48 toneladas.
- Mangusta 80’, el más grande de los dos, con 24 metros de eslora, 5 metros de manga y 6 metros de altura, y un peso de 58 toneladas.
Capacidad del Port de Tarragona para cargas especiales
El Port de Tarragona destaca por su experiencia en este tipo de operaciones, gracias a la alta cualificación de los profesionales de la estiba que trabajan allí.
Además, cuenta con amplias explanadas al aire libre que facilitan el embarque directo desde el muelle, junto con zonas operativas espaciosas y rampas RO-RO (Roll-On/Roll-Off). La excelente accesibilidad terrestre y ferroviaria, combinada con profundidades de hasta 16 metros en sus calados, permite el atraque de embarcaciones diseñadas para transportar cargas de gran tamaño.