El Centre de Recollida i Acollida d’Animals Municipal de Tarragona (CRAAMT) presentó ayer dos novedades: la formación de un nuevo voluntariado para ofrecer mejores servicios a los perros del centro, y la creación de redes sociales para potenciar el fomento y conocimiento de los animales que se pueden adoptar.
«Hacemos una llamada específica a un grupo de voluntarios que tienen licencia para perros potencialmente peligrosos y una mínima experiencia con animales para poder manejarlos y ayudar a buscar la normalidad en ellos», explicaba Sheila Micó, fundadora de la asociación Revolución Pata, sobre los requisitos del voluntariado.
Este grupo de voluntarios ayudará a mejorar la estancia de los perros en el CRAAMT, ofreciéndoles la posibilidad de sacarlos a la calle y de otorgarles una vida más parecida a la de un perro adoptado.
Además, desde el centro también se ha impulsado la creación de las redes sociales, que permitirán realizar un doble servicio: por una parte, tener otro medio de comunicación distinto a la página municipal a través del cual la gente pueda consultar si su perro perdido se encuentra en el CRAAMT, y por otra parte, mejorar el servicio de adopción: «Lo que pretendemos es que los perros estén el menor tiempo posible dentro del centro. En verano, por desgracia, es cuando más abandonos se suelen producir, por lo que se llena el CRAAMT. Queremos que estos animales tengan una nueva familia con la que vivir y que se reduzca el tiempo que están encerrados. Eso no es un estado óptimo para ellos», destacaba la concejala de Benestar Animal, Sandra Ramos.
Más perros que niños
En Tarragona ha crecido el interés por los perros, permitiendo su adopción en distintos lugares y prefiriendo, en el caso de muchas familias, la presencia de estos animales antes que la de niños: «Tenemos datos que nos indican que hay más familias con perros que con hijos. Por lo que hay un gran interés por parte de la gente en tener mascotas. Este tipo de personas normalmente están dispuestas a adoptar perros del CRAAMT», destacaba la concejala.
La adopción y redención de Rubi
«La gente tiende a creer que el perro que entra en el CRAAMT es por que ha hecho algo malo, y por ello se le condena. Eso no es así. De hecho, han salido perros adoptados con un comportamiento excelente», exponía Sheila Micó.
Precisamente, uno de estos ejemplos ha sido el de Rubi, un perro que fue adoptado del centro y que a priori contaba con la etiqueta de «no adoptable», por su comportamiento nervioso e incluso agresivo: «Su actitud cuando te acercabas a la jaula era hostil», según Micó.
Aunque la solución, según la fundadora de la asociación, fue sacarlo al mundo: «Tuvo un gran cambio. Lo único que quería era salir de la jaula. Es un perro muy cariñoso. De hecho, a las tres semanas de salir del CRAAMT ya viajaba con su nueva familia. Es un animal que te lo puedes llevar contigo a cualquier parte. Solo quería una vida normal», explicaba Sheila.