Fue la última gran fiesta multitudinaria que la ciudad vivió antes del estallido de la pandemia, así que es normal recordar el Carnaval de 2020 como una de las pocas notas positivas que nos dejó el año pasado. Como era de esperar, la situación sanitaria no ha permitido que podamos celebrar el Carnaval por todo lo alto como quisiéramos, pero el espíritu y la esencia que rodea esta festividad se palpa en el ambiente de las calles de la ciudad. Y es que, sin duda alguna, el fin de semana con más brillo y color del año empezó de una manera idílica, pues el viernes, mientras el cielo dibujaba uno de los arcoiris más fotografiados de los últimos meses, los escaparates de las tiendas de la ciudad sacaron a relucir los disfraces de las comparsas que, tradicionalmente, participan en el Carnaval de Tarragona.
Esta unión del comercio local con las comparsas nace con la finalidad de mantener el espíritu carnavalesco, pese a la situación epidemiológica, con un nuevo concurso de escaparates. En total, 79 establecimientos y 18 comparsas tratarán de alzarse con alguno de los diez premios: satírico, divertido, original, tarragoní, artesanal, mejor vestuario, mejor maquillaje, Brilli-brilli, gastronómico y coreografía. El veredicto se sabrá martes a las ocho de la tarde por redes sociales.
«Hemos puesto muchas ganas en esto. Es un premio de consolación para nosotras», explica Laura Ortega, de la comparsa A.V.V. Residencial Palau Torres Jordi, a quien encuentro delante del escaparate de El Lloro de la Negrita donde se expone la vestimenta con la que lograron la tercera posición el año pasado. Las dependientas de la tienda, Isabel y Cris, quienes lucen parte de este disfraz, se muestran muy a favor de esta nueva iniciativa porque atrae a los viandantes: «Mucha gente se ha parado a hacer fotografías», dice Cris.
Con todo esto, la ciudad se ha transformado este fin de semana en una especia de museo del Carnaval. Para Mireia Samper, de la comparsa Som i Serem Urban Style, la iniciativa «ayuda a que nos podamos fijar en detalles de las vestimentas que durante las rúas no nos da tiempo». Una opinión compartida entre las diferentes comparsas.
Otro de los grandes polos de atracción de este Carnaval son el Mercat de Torreforta y el Central. Muchos paradistas también se disfrazan para la ocasión, como Jordi Vila, de Fruites i Verdures Manoli, quien muchos lo recordaran por su papel de Fredy Mercury en la carroza del año pasado de la comparsa Cayo Largo. Para él, esta nueva iniciativa ayuda a reutilizar material de otros años: «Los disfraces cuestan muchos cuartos y son utilizados solo unas horas. Con esto les damos otro uso», dice.
Por todo ello, comerciantes y comparsas apuestan para que en los próximos años se siga guarniendo los escaparates de las tiendas y así dar vida carnavalesca a todos los rincones de la ciudad y no solo a las calles por donde transcurren las rúas.