El centenario edificio que hasta 2003 albergó las dependencias del antiguo Banco de España cuenta desde ayer con un menor grado patrimonial para, de esta forma, poder tener proyecto ejecutivo y ver la luz al final del túnel oscuro en el que se encuentra desde hace casi dos décadas.
Por ello, ERC, PSC, Junts per Tarragona, CUP y el concejal Hermán Pinedo –con la abstención de PP y de los no adscritos, además del ‘no’ de Ciutadans– sacaron adelante reducir parcialmente la protección del inmueble, que es Bé Cultural d’Interès Local (BCIL). De lo contrario, no sería posible ejecutar la esperada reforma de la estructura que se necesita para convertir la construcción de 1928 del arquitecto Juan de Zabala en el nuevo Banc de la Ciència i del Coneixement.
Precisamente por ello, el Saló de Plens acordó este viernes impulsar el nuevo proyecto ejecutivo, que cuenta con un presupuesto de 7,4 millones de euros. Se trata de un aumento del 50% respecto a los 4,9 previstos inicialmente. Esto se debe al hecho de que, después de recibir en 2019 la subvención europea Feder en base a un proyecto básico, el posterior documento ejecutivo alertó que era necesario reforzar la estructura del inmueble para poder garantizar su seguridad de cara a su apertura al público. En este sentido, para que las actuaciones puedan ser una realidad era necesario descatalogar parcialmente el inmueble, que se espera que pueda financiarse mediante los Fondos Next Generation.
