La filial de redes de Endesa, e-distribución, desconectó de la red eléctrica tarraconense 50 conexiones ilegales que alimentaban plantaciones de marihuana en el primer semestre del año. Esta cifra pone de manifiesto la magnitud de un persistente problema que amenaza la seguridad física de los vecinos y la calidad de suministro en zonas con alta concentración de fraude. En los últimos años, se han registrado numerosos casos de incendios y electrocuciones vinculados a la manipulación de las instalaciones eléctricas.
En los seis primeros meses de este año, la distribución en Tarragona detectó 1.011 casos de fraude eléctrico, manteniendo así cifras similares al mismo periodo de 2023. Esto supone que el 50% de la energía defraudada en la demarcación de Tarragona durante este período está asociada a las plantaciones de marihuana, que equivalen a 11,5 millones de KWh, o lo que es lo mismo, el consumo anual de los hogares de una ciudad como Cunit.
En toda Catalunya, la cifra de fraudes detectados de enero a junio asciende a 11.170, casi un 30 % más que en el mismo periodo del año pasado. De todos ellos, la energía defraudada asociada al cannabis supone un 42 %. Y todavía una cifra más, las conexiones ilegales vinculadas a plantaciones de marihuana en todas las comarcas catalanas representan el 60 % de todo el Estado, lo que hace que el Catalunya encabece el fraude eléctrico por marihuana.
Crecida anual
Las instalaciones para el cultivo de marihuana en el interior de edificios, las conocidas como «plantaciones indoor», han crecido de forma muy significativa en los últimos años. Los datos de las fuerzas de seguridad indican que son más difíciles de detectar y tienen mayor rendimiento que las plantaciones a cielo abierto, ya que producen entre cuatro y seis cosechas anuales.
Estos dos factores son clave para explicar la importancia de las plantaciones de interior en el cultivo de la marihuana en España que, según el European Drug Report 2024, acaparó el 81 % de las plantas de marihuana requisadas en la Unión Europea en 2022 .
Los sistemas de iluminación y ventilación utilizados para acelerar el crecimiento de las plantas funcionan 24 horas al día mediante conexiones ilegales que causan estragos en la red eléctrica. La sobrecarga de potencia activa las protecciones de los centros de transformación y esto provoca interrupciones de suministro que afectan a los vecinos de la zona.
Fusibles fundidos
El consumo de electricidad es tan alto y la manipulación de las instalaciones tan devastadora que llegan a originar incendios en líneas subterráneas y en los centros de transformación hasta el punto de que se han registrado picos de 15 fusibles fundidos al día en un mismo centro de transformación. Asimismo, estas conexiones ilegales provocan incendios en las instalaciones generales, pero también en los edificios y viviendas donde se ubican las plantaciones, por lo que originan graves riesgos tanto por las personas que manipulan las instalaciones, como por los vecinos del entorno que sufren, además, problemas en su suministro.
En algunos puntos de la red gestionada por e-distribución se ha incrementado la potencia para intentar evitar las interrupciones en el suministro a los vecinos. Sin embargo, aunque la potencia instalada multiplica hasta doce veces lo necesario en función del número de viviendas, las incidencias se mantienen y esto evidencia el alto volumen de conexiones ilegales a la red.
Riesgo físico
Al margen del riesgo eléctrico, la proliferación de estas instalaciones ilegales controladas por organizaciones transnacionales con una potente actividad policriminal según el ministerio del Interior, supone además un riesgo físico para la actuación de los inspectores y técnicos de e-distribución.
En un entorno de violencia creciente, en determinadas zonas deben trabajar con la cara cubierta para evitar su identificación y desarrollan su labor siempre acompañados por fuerzas policiales cuando van a desconectar las plantaciones de marihuana.
Las coacciones y amenazas a los trabajadores se registran en todo tipo de tareas de inspección, no solo en las vinculadas a plantaciones. En los últimos tres años los empleados de la compañía y de los contratistas que trabajan sobre el terreno han sufrido un centenar de casos de violencia física y verbal a nivel estatal, en concreto, 51 casos de agresiones y 45 de amenazas, cuando procedían a desmantelar fraudes, una hostilidad creciente que los técnicos sufren también cuando se desplazan para reparar incidencias ocasionadas por la manipulación de la red.
90.000 inspecciones
El uso de las últimas tecnologías y la inteligencia artificial se han convertido en valiosos aliados para detectar las instalaciones fraudulentas, pero el trabajo final corresponde a los técnicos e inspectores de la compañía y de los contratos, que han realizado alrededor de 90.000 inspecciones en Catalunya sobre el terreno en lo que va de año para detectar las manipulaciones de la red.
En algunas de estas inspecciones fue decisiva la colaboración de los ciudadanos, quienes pueden informar de forma anónima a su compañía distribuidora si sospechan que se está cometiendo fraude en su entorno.
Los clientes, en el área de distribución de Endesa, pueden escribir en el correo electrónico anomalias@enel.com, rellenar un formulario en el espacio web de edistribucion.com o llamar al teléfono gratuito 800 760 220.
Junto al riesgo para la seguridad de las personas y el impacto en la calidad del suministro eléctrico, el fraude tiene un importante impacto económico para toda la sociedad. Las estimaciones indican que el fraude eléctrico le cuesta al conjunto de los consumidores españoles más de 2.000 millones al año, el equivalente a 69 euros al año por cada punto de suministro.
A pesar de la relevancia de estas cifras y el impacto que tienen las actividades como el cultivo de marihuana indoor en los barrios en los que se asientan, las penas por fraude eléctrico en España son inferiores a las de los países de nuestro entorno como Francia, Italia o Alemania.