Tarragona tiene un tesoro arquitectónico del que siempre saca pecho, pero no suele ser es visitado con frecuencia por los autóctonos. La Catedral de Tarragona es una joya que esconde secretos fantásticos y con una simbología cuyo significado puede que a muchos se nos escape. Por eso es interesante visitarla por dentro. Es lo que hicieron ayer unos cuarenta niños y niñas, acompañados por sus abuelos.
La Associació Amics de la Catedral de Tarragona organizó la séptima edición de la actividad ‘Els avis ensenyen la Catedral als néts’. Dicha iniciativa quiere juntar dos generaciones alejadas en el tiempo en un mismo emplazamiento. Los abuelos han visitado muchas veces la Catedral. Para sus nietos, puede que esa fuese su primera vez. ¡Qué mejor forma de descubrir el templo!
A las 11 h, puntual, empezó la visita. La presentadora del acto y miembro de Amics de la Catedral de Tarragona, Maria Joana Virgili, daba la bienvenida a pequeños y mayores. La actividad dio comienzo con un repaso rápido al mito de la creación. Uno a uno, los infantes repasaron las siete jornadas que, según el relato, tardó Dios en crear la vida en el planeta. Completado este primer apartado, llegó el momento de las actividades. En una bolsa naranja que se les dio a la entrada, los niños sacaron un cuaderno y unas pegatinas. Su misión, con ayuda de los abuelos, engancharlas en orden para reconstruir el mito.
«Hazlo bien, ¿eh?», avisaba una abuela a su nieta. Otra anciana se ponía las manos a la cabeza, mientras sonreía, al ver que su nieto había cambiado el orden de la creación, descansando Dios al primer día. Cosas que pasan. Pese a todo, la actividad salió bien y se pudo seguir adelante con la visita a la Catedral. La capilla de la Inmaculada Concepción fue la segunda parada, con una representación de la adoración de los pastores con algunos de los infantes caracterizados.
La visita terminó en el claustro de la Catedral, en dónde los jóvenes se convirtieron en exploradores para buscar los detalles escondidos en las salas y en el patio de este lugar.
Mientras los pequeños emulaban a Indiana Jones, Maria Joana Virgili, dinamizadora de la actividad, contaba que lo que se intenta es «enseñar la Catedral a través de la iconografía y la simbología, que en muchos casos es desconocida por los más pequeños». Y también por los no tan pequeños, porque seguro que algún padre o madre que acompañaba a los niños, tampoco conocía algunos de los secretos mejores guardados de la Catedral.
Uno no pude evitar pensar en lo bonito que sería organizar periódicamente actos como estos para que los tarraconenses descubran qué se esconde detrás de la fachada más fotografiada de Tarragona, más allá de lo litúrgico.