Costas del Estado ha mostrado su interés en participar en la renaturalización del canal de La Móra, un proyecto que debe poner fin a los problemas de salubridad de este entorno, eliminando la estructura de hormigón de forma que pueda generarse una laguna que propicie la recuperación de la flora y fauna autóctonas.
Así lo avanza el concejal de Medi Ambient del Ayuntamiento de Tarragona, Guillermo García, quien asegura que el Gobierno Central «está muy interesado en tirar adelante este proyecto».
Al respecto ya se han producido las primeras conversaciones entre ambas administraciones, que ahora deberán concretarse teniendo en cuenta que esta es una actuación que implica a muchos agentes y que tiene diferentes frentes abiertos. Según indica el edil tarraconense, la idea es que «se harían las actuaciones previas y cuando haya que entrarse para hacer la renaturalización ellos pondrían el dinero para financiarlo».
Fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico confirman que ha habido estas conversaciones, que por el momento son de carácter «incipiente».
No obstante, aseguran que de partida ven con «buenos ojos» la intervención que quiere llevarse a cabo en este entorno, por lo que emplazan a la administración local a redactar el proyecto.
De momento, ambas partes coinciden en que el ámbito de afectación tan solo se centrará en el último tramo del canal, es decir, la desembocadura. «Hay otras voces que piden renaturalizar todo el entorno, pero técnicamente el departamento no lo ve claro ya que al ser una infraestructura tan artificial, en la que hay muchas viviendas muy próximas en la parte más alta, por lo que sería bastante complicado garantizar la seguridad», indica García.
Guillermo García (Concejal de Medi Ambient): «La tendencia actual es la de menos intervención posible, respetando los espacios naturales»
Asimismo, otro de los elementos que deberá tenerse en consideración es la compra de unos terrenos en la parte superior de la urbanización para controlar las posibles subidas del río.
La redacción del proyecto todavía no ha empezado. Guillermo García defiende que este debe suponer «ganar un nuevo espacio verde para la ciudad» y uno de los ejemplos que se mira con interés es la renaturalización hecha en Madrid alrededor del Manzanares.
Pese a ello esta parte todavía tardará. Y es que, antes de que las maquinas puedan entrar para empezar a desmontar la estructura de hormigón del canal deberán hacerse unas actuaciones previas para la gestión de las aguas pluviales, que ahora quedan estancadas en la parte más próxima a la playa y acaban pudriéndose y generando males olores. Al respecto hay varios frentes abiertos.
Uno es el que hace referencia a la construcción de un Anti-DSU, de forma que cuando llueve pueda retenerse el agua que cae en la primera media hora, que es la que cuando llega al mar siempre está más sucia.
Con una capacidad de almacenaje de unos 1.000 metros cúbicos, este se ubicará debajo de la plaza. Este supondrá una inversión de 1.074.731 euros y los fondos se consiguieron a través de los fondos Next Generation, dentro del proyecto Tarragona entre Blau i Verd, impulsado desde el Patronat Municipal de Turisme.
En paralelo, la Agència Catalana de l’Aigua (ACA) incluyó en el Pla de Conques (2022-2027) una partida de 2,7 millones de euros para la ampliación de la estación de bombeo, de forma que en episodios de lluvia intensa pueda minimizarse el agua que acaba vertiéndose en el canal, que actúa como aliviadero. Esta actuación va ligada a la ampliación del emisario, persiguiendo el mismo objetivo. En este caso, la inversión prevista asciende a 1,5 millones de euros.
Finalmente, hay que tener en consideración que en los presupuestos de la Generalitat de Catalunya para este ejercicio se incluyó una partida de un millón de euros para la renaturalización de este entorno, de forma que ahora mismo, si todas las instituciones cumplen con los compromisos adquiridos, el presupuesto previsto para dicho fin supera los 4,5 millones de euros. A inicios del pasado mes de abril, la Associació Mediambiental la Sínia asumía la custodia de este entorno.