Sencillez y elegancia. Bullicio y tranquilidad. Tumulto e intimidad. Son sustantivos a priori contradictorios que definen el Fantasia, una de las embarcaciones de la compañía MSC Cruceros. Una pequeña ciudad flotante de 333,30 metros de eslora que navega por el Mediterráneo y en la que durante unos pocos días pueden llegar a convivir 4.363 personas, atendidas por 1.370 miembros de la tripulación, en un galimatías de nacionalidades e idiomas. MSC Fantasia es el crucero que el próximo mes de abril iniciará una ruta, con origen y destino en Tarragona, que visitará las ciudades de Marsella, Livorno, Civitavecchia (Roma), Génova y Valencia.
Dividido en 18 cubiertas, las cuatro superiores están destinadas al pasaje que busca sosiego, reposo, calma y privacidad. Se trata del MSC Yacht Club, con servicios a la carta y acceso a zonas reservadas. Es lo que la compañía define como «un yate dentro del barco», con sofisticadas suites en la proa y vistas al mar desde balcones particulares. En esta área, los pasajeros disponen de una excepcional atención, con mayordomos y conserjes las 24 horas, embarque y desembarque prioritarios, salón panorámico con la música en directo de un pianista y el restaurante l’Étoile, de alta categoría. La cubierta superior, The one pool, presenta una piscina, dos bañeras de hidromasaje y solárium, con zona de bar.
Sin embargo, ser miembro de esta distinguida zona no excluye acceder a las opciones de ocio y entretenimiento distribuidas a lo largo y ancho de la embarcación. Porque la esencia del crucero es convertir al pasajero en el centro de atención, anticiparse a sus deseos en la medida de lo posible. Para ello, la actividad es frenética durante todo el día y buena parte de la noche, especialmente en las cubiertas sexta y séptima, donde convergen la mayoría de servicios.
El teatro futurista L’Avanguardia es uno de los epicentros, que también se utiliza como sala de conferencias. Tiene un aforo de 1.600 butacas, 1.000 situadas en la platea y 600 en los palcos, con una parte destinadas a los miembros del MSC Yacht Club. Con dos sesiones diarias de tarde-noche, los diferentes shows, entre los que no falta el flamenco, se contratan a la productora Bora y las compañías actúan a bordo entre seis y once meses. Como anécdota, su contrato estipula que los profesionales deben mantenerse en forma.
Al salir del teatro, seguidamente se accede al Casinò delle Palme donde los cruceristas prueban suerte con los juegos más populares como el póker, la ruleta, el black jack o las máquinas tragaperras. El dinero va y viene, cambia de manos rápidamente, entre cócteles y copas, en un lugar en el que se permite fumar mientras se juega.
La distribución del MSC Fantasia posibilita que los diferentes perfiles de los pasajeros coincidan lo mínimo posible: áreas infantiles y familiares, piscinas climatizadas, un simulador de Fórmula 1, videojuegos, cine en 4D o al aire libre, maquillaje y belleza, baile, boutiques, el club de adolescentes o un tobogán de agua especialmente indicado para esta edad facilitan repartir el pasaje de forma natural en función de sus intereses.
Mientras, la variedad gastronómica es uno de los principales reclamos de la embarcación. Distintos bares, restaurantes y salones temáticos con cafeterías, pastelerías, heladerías, vinacotecas, música en directo y pistas de baile mantienen el dinamismo desde la mañana hasta altas horas de la madrugada. Disco y karaokes completan la oferta.
El Casinò delle Palme. Foto: G. A.
No obstante, viajar en crucero también es sinónimo de vacaciones saludables. En este sentido, MSC Fantasia dispone de un gimnasio, abierto desde las seis de la mañana hasta las diez de la noche y, entre las diferentes propuestas de la nave se encuentran pilates, estiramientos, pistas de baloncesto, tenis, fútbol y voleibol. También hay pista de marcha rápida de 235 m, de squash y Shuffleboard.
Asimismo, los libros y el arte también son protagonistas, cobijo de unos pocos con bibliotecas y galerías, fuentes de intimidad y paz. Si esto no es suficiente, un masaje reparador en el MSC Aurea Spa completa el día.
Sin embargo, el momento más cálido de la navegación es el del encuentro con el capitán, seguido de la noche de gala con pasaje y tripulación ataviados para la ocasión.
Las entrañas de la nave
Para que todo esto sea posible, el engranaje del barco funciona con una organización de precisión suiza. La seguridad, el servicio médico, hospital y bomberos están dispuestos a actuar en cualquier momento que se requiera su presencia. Y en esta logística, la cocina principal, así como la lavandería, son otras de las piezas clave. Un pequeño ejército de cien cocineros supervisa todos los platos de a bordo, incluida la sección gourmet del MSC Yacht Club. Un sistema en el que el inventario es la piedra angular.
A modo de ejemplo, cada semana se consumen en el MSC Fantasia 3.000 kilos de queso; 6.200 litros de leche; 25.200 huevos; 330 cajas de cereales; 14.000 kilos de vegetales frescos o 7.000 kilos de pollo. Por lo que respecta a las bebidas, el agua es la que lidera el ránking, con 30.000 botellas; le siguen 20.000 de bebidas sin alcohol; 4.000 de cerveza; 300 de licores y 200 de whiskys. Y en cuanto a la ropa, 5.000 son los kilos que se lavan y se planchan a diario, de los cuales 500 son camisas.
Así es la vida en MSC Fantasia, la embarcación que atracará en el Port de Tarragona. Unas jornadas para rendirse al hedonismo de la mano de su tripulación.