A primera hora de la mañana los autobuses van parando delante del Camp de Mart y empiezan a bajar decenas de escolares con la euforia propia de los días de excursión. Poco a poco se van formando los grupos, unos hacia el Passeig Arqueològic, otros entran por el Portal del Roser y así se van distribuyendo para adentrarse en los secretos de la Tarraco romana, que muchos de ellos visitan por primera vez. «Estamos muriendo de éxito», asegura Esther Fusté, guía profesional de la ciudad.
La imagen no se veía desde antes de la pandemia. Las medidas de restricción prácticamente han desaparecido y las escuelas e institutos vuelven a programar excursiones, colonias y viajes de fin de curso. «Muchos centros aprovechan estas fechas, antes de la Semana Santa», añade Fusté. Y realmente la afluencia se ha notado. Algunos de estos profesionales aseguran que en una jornada pueden hacer dos e incluso tres tours y las agencias aseguran que estas semanas están trabajando a full.
«Somos una ciudad abierta todo el año y quizás enero es más flojo, pero a partir de febrero ya empezamos con las escuelas y este año incluso estamos recuperando una parte de los grupos de Francia», explica Xavier Mejuto, de Itinere Cultura & Turisme. Ha coincidido con la vigésimo sexta edición del Festival Juvenil de Teatre Grecollatí, por lo que el sector se muestra optimista. «Estamos dejando atrás las afectaciones de la Covid», añade Mejuto, a quien le espera un grupo de una universidad danesa para iniciar su visita.
Tarragona ha apostado fuerte por las visitas escolares y este es un nicho de actividad en el que se quiere seguir picando piedra para desestacionalizar la campaña turística. Prueba de este crecimiento es el programa mEduTarraco, impulsado por quince docentes bajo el paraguas de los Serveis Territorials d’Educació y el Institut Municipal d’Educació (IMET). La iniciativa nació como una convocatoria en una fecha concreta en el Camp de Mart, con 900 alumnos que participaban en un juego de pistas, a través del cual iban descubriendo el patrimonio de la ciudad. «Era similar a una gincana clásica», explica desde el IMET, Joan Martínez Manent.
Hasta después de Semana Santa
Con la pandemia esta actividad en grupo se convirtió en un problema y también lo era la logística, con las citas previas. Así es que se reconvirtió el formato a partir de un circuito con geolocalización, de forma que cada equipo, a través de un móvil, puede hacer uno de los tres itinerarios disponibles, en función de la edad y el nivel de conocimientos. «Son pruebas multicompetencias de todos los niveles y materias para la primaria i la secundaria», añade Martínez Manent. Los materiales se colgaron en abierto en la página web de mEduTarraco el pasado 1 de febrero y estarán disponibles hasta después de Semana Santa, es decir, el 19 de abril. Esto permite que durante los fines de semana también pueda hacerse en familia.
Durante estos meses, unos 2.000 alumnos han participado en esta actividad, lo que supera las cifras del curso 2019-2020, cuando en total participaron 24 centros –diez institutos y catorce escuelas–. De estos, dieciséis eran de fuera de la ciudad de Tarragona, movilizando en su conjunto a 1.196 alumnos y 110 profesores.
Martínez Manent destaca que «cada profesor puede adaptarlo a su plan docente y curricular, según el proceso de formación». Y esta es una línea en la que se quiere seguir trabajando desde el Patronat Municipal de Turisme. «Hay que crear este tipo de producto que hace la ciudad más atractiva y que sea visitable», indica el gerente de este organismo, Víctor Franquet.
El Patronat está explorando nuevas opciones. Esta semana venía un grupo del Institut Andreu Nin de El Vendrell que servía de ‘conejillo de indias’ de algunas de las opciones que se están valorando. En total eran 80 jóvenes, de segundo de ESO, que se dividieron en tres grupos para realizar la actividad mEduTarraco, visitar el Circ y la Torre del Pretori, tomarse un helado en el Balcón del Mediterráneo y, finalmente, visitar el Mercat Central para conocer la parte logística. «Es una experiencia muy enriquecedora, porque muchos de ellos no habían estado nunca en un mercado», apuntaba Margarita Pastor, profesora.
La empresa de Mercats de Tarragona colaboraba en esta iniciativa que según explica el gerente del Patronat de Turisme perseguía principalmente dos objetivos. El primero, «intentar crear una visita circular» que no concentre todos los visitantes exclusivamente en la zona de la Part Alta y Amfiteatre. Y, por el otro, ampliar la oferta para «convertir estos visitantes en turistas», es decir, pernoctaciones. «Ahora mismo nos vienen escuelas de Madrid, Valencia e incluso Barcelona, pero no es significativo», explica Franquet.
Trabajar todo el año
El turismo escolar es un balón de oxígeno para el sector fuera del periodo convencional de vacaciones. «Tiene un impacto en cuanto a alojamiento, tasa turística y repercusión económica, aunque tampoco esperamos que a nivel educativo esta última se convierta en el principal motivo de interés, sino que pensamos más en la experiencia que puedan tener los niños que visitan la ciudad y que las empresas puedan trabajar durante todo el año», añade.
La visita de este grupo de El Vendrell fue aprovechada para grabar materiales promocionales, que a partir del 1 de septiembre van a hacerse llegar a todos los centros educativos de Catalunya. El objetivo es incluir toda la oferta turística, para que más allá de los indispensables de la Tarraco romana, Tarragona presente todo su potencial de cara a niños y adolescentes. Y aquí se incluyen también actividades como los paseos en golondrina y el Museu del Port, entre otros. «Si tan solo haces el patrimonio es cuando te encasillan y nosotros estamos demasiado encasillados, por lo que el reto es transformar los recursos que tenemos en producto», concluye el gerente.