Los domingos por la tarde siempre se hacen cuesta arriba. Más aún cuando toca ir a Barcelona y sales de casa prácticamente con la manta ligada en la cabeza, un paquete de galletas, una botella de agua y que sea lo que Dios quiera. Esto es lo que hizo ayer por la tarde Ana Santacana, una de las universitarias que salía con el autobús desde Battestini de las 17.30 horas. «Normalmente cojo el tren más tarde, pero como han hablado tanto tiempo de esto de las obras y que sería un caos, voy a probar. Supongo que si acaba siendo una odisea al final acabaré bajando menos, pero mi intención es continuar con el tren. El autobús no me gusta», decía.
Constantemente pasaban castellers que acababan de salir de la Tarraco Arena, después de más de seis horas de concurso. Agotados, pasaban de largo e iban a buscar el bus de la colla que les había traído a primera hora a Tarragona. Solo dos miembros de los Moixiganguers d’Igualada esperaron en la cola. Viven en El Vendrell y tan solo hacían el trayecto hasta Sant Vicenç de Calders. Un viaje en transporte público de Tarragona a Igualada podría suponer encadenar un segundo maratón, tras una jornada de emociones fuertes en la Tarraco Arena. «Cuando lleguemos a casa, nos vamos directos a la cama», decían.
Seis viajeros que iban a Zaragoza se habían equivocado de autobús y en lugar de ir a la estación de tren se fueron directos a Battestini. Tras unos minutos de confusión, al final un autobús los acercaba a la Part Baixa y problema resuelto.
Cerca de cuarenta personas acabaron subiendo al autobús hacia Sant Vicenç de Calders. Solo Santacana y otra chica, susceptibles a ser universitarios. «La gente se está buscando alternativas al tren. Están cansados de fin de semana tras fin de semana la misma historia. No sabes nunca cuándo llegarás», lamentaba Daniela Pizaro.
Los buses directos y el coche compartido se están convirtiendo en una alternativa entre los más jóvenes. Estos quieren evitarse la gincana en la que se ha convertido el trayecto desde Tarragona a Sant Vicenç de Calders, desde que el pasado martes se iniciaron las obras en el túnel de Roda de Berà.
«Normalmente salgo con el tren de las 18 horas desde Ascó a Barcelona, pero hoy he subido con el bus a Tarragona y después he cogido un segundo bus hasta Sant Vicenç de Calders», decía Aina Ribes. Allí hacía un segundo transbordo cargada con la maleta para ir a coger el tren. «Todos los viajes con la Renfe son largos, entonces ya no viene de aquí», aseguraba resignada. Sin embargo, el periplo no se acababa aquí. Primero los informadores encaminaron a los viajeros a la vía 4, para coger el Rodalies a Barcelona. «Nosotros tenemos que informar del primero que pasa y como no sabemos cuándo llegará el Regional no podemos decirles nada», aseguraba una de las chicas.
A grito pelao
Minutos más tarde se confirmaba la llegada del tren directo a Barcelona y esta misma señora avisaba del cambio de planes. De nuevo, tocaba cargar la maleta para bajar las escaleras y subir a la vía 2 para encaminarse al Regional. Hay momentos, en los que los usuarios no saben si están formando parte de un scape room, del que no podrán salir si no ponen toda su destreza en superar los obstáculos.
Laia Cervelló cogió el bus desde PortAventura a Sant Vicenç de Calers. Esta joven de Flix, era la primera vez que hacía el desplazamiento. «De momento ha ido todo muy bien, los buses son puntuales y rápidos», ponía en valor.
El proceso en la estación del Baix Penedès es cíclico. De repente llega un convoy, la estación se inunda de gente y se distribuye a los usuarios entre los diferentes puntos de salida de los autobuses. Unos minutos de tranquilidad, y vuelta a empezar. Los picos son constantes y el personal pone toda su empeño y su atención para que no quede nadie descarriado por el camino. Los medios son rudimentarios. A falta de una megafonía sincronizada entre los autobuses y el tren, se avisa a grito pelao.
Los buses van llenos. Una decena de personas no pueden sentarse en el vehículo con dirección a Tarragona y en el tiempo en el que este ha salido aparece un segundo coche para acabar de llevarse al resto del peaje. «Los trenes en Alemania últimamente ya no son lo que eran», comentan dos viajeros que se encaminan hacia el tren de Rodalies. «Se está contagiando», le contesta su acompañante.
Rodalies no está consiguiendo generar la confianza para recuperar las cifras de usuarios del tren y si pierde a los universitarios costará que los más jóvenes vuelvan a cambiar sus hábitos.
El plan a examen, con el foco en Reus:
Tras esta primera semana, los responsables de Rodalies Catalunya se reunirán hoy con los alcaldes, la Generalitat y las plataformas de usuarios Dignitat a les Vies y la Associació per a la Promoció del Transport Públic (PTP) para valorar cómo está funcionando el plan de alternativas de transporte, a raíz del corte de vías.
El encuentro servirá para valorar si hay que introducir ajustes y, sin lugar a dudas, uno de los focos será Reus, ya que en algunos casos estos usuarios están tardando más de tres horas para el viaje a Barcelona. Tendrá que verse si se ponen autobuses de apoyo.
Los ojos están puestos en la Generalitat, que podría decidir si habilita el título de transporte T-10/120 también para este corredor, lo que contribuiría a aliviar la presión.
El sector del transporte, en huelga: CCOO y UGT anunciaron el viernes la convocatoria de varias jornadas de huelga en el transporte por carretera, tanto en el de mercancías como en el de viajeros.
Los sindicatos ya avanzaron el pasado 30 de julio la convocatoria de huelga general sectorial en el transporte por carretera para la segunda quincena de octubre ante el bloqueo sistemático del adelanto de la edad de jubilación de los profesionales por parte de las distintas patronales y del Gobierno. No obstante, CCOO y UGT informarán con más detalles de los motivos de esta convocatoria, así como de las fechas concretas en las que se llevará a cabo este lunes.
Visita al Senado: La plataforma Dignitat a les Vies estará el martes en el Senado, donde el Grupo Parlamentario Izquierdas por las Independencia, del cual forma parte ERC, presentará una moción que insta al Gobierno a la adopción de diversas medidas para la gestión del corte de circulación ferroviario entre Tarragona y Sant Vicenç, así como la segregación de la vía de transportes de mercancías.
Una de las preocupaciones es que a finales de año podría acabar la bonificación del transporte para los usuarios recurrentes. Ahora que muchos usuarios confían en el Avant, podría suponer un varapalo importante. Se pedirá que la gratuidad siga mientras duren las obras.