El mercadillo de Bonavista pasa por un momento complicado. Las restricciones de la pandemia impiden montar a los vendedores de ropa y las restricciones municipales han reducido considerablemente la clientela. Sin embargo, en medio de este escenario estos profesionales del sector valoran de forma muy positiva las últimas actuaciones de la empresa de Mercats, que sigue apostando por la puesta al día de este mercado.
Ayer entraba en funcionamiento una nueva zona de aparcamiento, con capacidad para 900 vehículos. Ubicado junto a la avenida President Tarradellas, se suma a las dos superficies existentes, en las que pueden aparcar 800 coches. «Se están haciendo cosas muy buenas por parte de Espimsa, porque están atendiendo a viejas reivindicaciones que llevábamos años pidiendo», indica el presidente de la FAVT y vicepresidente de las Marxants de Tarragona, Alfonso López.
Antiguamente en este espacio ya aparcaban vehículos. Sin embargo, hubo problemas, ya que durante mucho tiempo se montaba en la zona un mercado ilegal, en el que se vendían todo tipo de productos prohibidos. Esto generó muchas quejas entre los profesionales de la venta ambulante, lo que finalmente obligó a la policía a actuar y a clausurar el espacio. Ahora se ha recuperado, con los ojos bien abiertos para que no se repita la situación anterior.
De momento, la Espimsa ha acondicionado la superficie de tierra, que posteriormente será asfaltada. Su puesta en funcionamiento coincide con los últimos trabajos que se están haciendo para la apertura de unos baños públicos y la recién instalación de una pérgola. «Lo habíamos prometido y ya lo tenemos», indica el presidente de Espimsa, Dídac Nadal. El objetivo es que la gente que va a comprar pueda disfrutar de un poco de sombra y que más adelante, cuando la pandemia lo permita, puedan organizarse conciertos y eventos varios de dinamización.
Sin embargo, los marchantes alertan de que el sector está sufriendo mucho estos últimos meses. «El mercado está hundido de muerte. Las ventas han bajado un 65% y nos obligan a seguir pagando los autónomos y la Seguridad Social», argumenta López. Este asegura que «si no se ponen las pilas» el 50% de los vendedores ambulantes no va a poder salir.