Las vías de acceso a una vivienda tienen cada vez más piedras, lo que desemboca en la caída de las firmas de contratos de alquiler, de las compraventas y, en consecuencia, de las hipotecas: han bajado un 11%, un 8% y un 15% respectivamente, según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Servei d’Estudis i Documentació d’Habitatge del Departament de Territori.
Las estadísticas de la administración catalana reflejan que, entre los meses de enero y septiembre del pasado 2023 –los últimos datos que se han publicado–, se firmaron en la demarcación de Tarragona un total de 9.926 contratos de alquiler, por los 11.150 del mismo período de tiempo de 2022.
Fuente: Servei d’Estudis i Documentació d’Habitatge del Departament de Territori
Es una dinámica que se traslada también a la adquisición de inmuebles. Después de batir récords en el año 2022, los datos de compraventas se estabilizaron en 2023: entre enero y noviembre –son los últimos datos publicados por el INE– se efectuaron 13.719 operaciones, por las 14.808 de los once primeros meses de 2022.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
En consecuencia, se han reducido también las hipotecas firmadas: de 8.015 entre enero y octubre de 2022 a 6.755 en el mismo período de 2023. Esta bajada, más acentuada que la de los contratos de compraventa, se debe a que cada vez hay más personas que se deciden por pagar a tocateja cuando se compran una casa. Fueron 5.315 durante los diez primeros meses de 2022 y 5.601 en 2023.
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Con lo cual, un 54,6% de las viviendas que se adquirieron en la demarcación de Tarragona entre enero y octubre de 2023 se pagaron al contado, por el 39,8% registrado en los mismos meses de 2022.
La caída de contratos de alquiler, compraventas e hipotecas propicia la desaceleración que vive el mercado inmobiliario actualmente: baja todo menos el precio de arrendamiento y de compra, que continúa en auge.
El principal motivo es que es la oferta la que se cierra, mientras que la demanda se mantiene. Con lo cual, a menos disponibilidad de viviendas, más alto es el coste. Una situación que se agrava con el paso de los meses.