Los pediatras alertan de que la juventud española ha retrocedido años, posiblemente décadas, a la hora de mantener unas relaciones sexuales seguras, sanas y responsables. La incidencia de las enfermedades de transmisión sexual entre los chicos de 15 a 19 años se ha duplicado en solo un trienio, de 2016 a 2019, según los últimos datos del Centro Nacional de Epidemiología. El gonococo, la clamidia o la sífilis, infecciones que la mejora de la higiene general y de los controles sanitarios y el fácil acceso de los adolescentes a los preservativos deberían tener en franco retroceso, registran en España una tasa por las nubes, según desvela Cristina Epalza, de la Sociedad Española de Infectología Pedriátrica. La situación es tan alarmante que aproximadamente una cuarta parte de todos los diagnósticos de gonococo y casi un tercio de las infecciones de clamidia detectadas lo son en menores de 19.
Además, los jóvenes y adolescentes son uno de los pocos colectivos, junto a homosexuales con prácticas de riesgo, en los que no se ha logrado un descenso en el número de nuevas infecciones por VIH, pese a ser una patología con tratamiento, pero sin cura.
A un golpe de clic
La razón del retroceso sanitario hay que buscarla en la pornografía, asegura el presidente de la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia, Félix Notario. Más concretamente, en el enorme crecimiento del consumo de porno entre niños y adolescentes. Hasta el 87% de los jóvenes y el 55% de las chicas acceden a estas imágenes desde su smartphone con regularidad y hasta un 14% las consume a diario, según un estudio de la Universidad de Islas Baleares.
El porno es el referente y el modelo más extendido en las relaciones sexuales de la nueva generación. Como consecuencia, según Notario, «las relaciones sexuales se han banalizado. No hay modelo afectivo. Es un modelo pornográfico que conduce a prácticas de riesgo».
El abuso adolescente del porno ha multiplicado las infecciones porque ha aumentado la precocidad de las relaciones y ha generalizado las prácticas de riesgo, el sexo sin protección. Hasta el 50% de los jóvenes de siete autonomías confesó a los investigadores baleares practicar sexo de riesgo. La disponibilidad desde la infancia de móvil y conexión a internet ha colocado el porno, incluso el más duro, al alcance de un clic. El resultado es que la edad de inicio de las relaciones sexuales está en España en poco más de los 13 años, cuando no hace ni un lustro estaba casi en 15, según calcula Notario.
Las infecciones sexuales no son el único perjuicio de la borrachera de porno. También lo son el aumento de los abusos y violaciones juveniles, incluidas las grupales o en manada, y el de los embarazos no deseados. Los pediatras, que consideran que «estamos ante un fracaso social de todos», recomiendan dos medidas correctoras urgentes. La primera, que al menos exista en cada colegio o instituto un «educador sexual».