«Hemos pedido que se controlen estos precios locos que van y vienen. ¿Cómo se explican descuentos del 70%? No todo el mundo hace juego sucio, pero pedimos que se controlen los precios y los abusos», admite Florenci Nieto, presidente de Pimec Comerç en Tarragona. El Black Friday da el pistoletazo de salida a la campaña de Navidad, con toda su vorágine, su peso para la actividad económica pero también sus riesgos y algunos recelos. «Era una fiesta del gran comercio y más o menos nos conviene, y estaremos pero con otro tono. El Black Friday es el viernes, pero se ha extendido demasiado», se resigna Nieto.
«Desde hace años avanzamos descuentos, aunque hay márgenes ya muy reducidos. Pero si no te unes te quedas fuera. Está claro que las rebajas tan agresivas solo las pueden hacer los grandes. Los pequeños hacemos el 20 o el 25%, pero hay que sumarse», cuenta Judith Sentís, gerente de la asociación de comerciantes La Via T.
El boom de ofertas comerciales convive con esas dos tendencias: cada vez un mayor control de las autoridades sobre las fuertes promociones que se ofrecen y un creciente desapego del comercio de proximidad, sumido en un auténtico dilema de ‘amor-odio’.
Electrónica y hogar
La Generalitat impulsa una nueva campaña de control de precios de productos anunciados. En concreto, Empresa i Treball realiza actuaciones inspectoras sobre 55 empresas del sector de la electrónica y de artículos para el hogar.
Bajo la lupa están las tarifas de 440 productos que tradicionalmente concentran la mayor parte de descuentos en esta fecha. Desde el ámbito de Comerç, el objetivo es vigilar la competencia desleal entre los establecimientos, mientras la Agència Catalana de Consum pone el foco en la protección del consumidor ante posibles prácticas fraudulentas.
El año pasado, el Departament hizo actuaciones sobre 70 empresas y abrió 47 expedientes sancionadores. Comerç impulsó 38 por competencia desleal, de los que 37 ya se han resuelto con sanciones por 429.000 euros. Consum abrió nueve procesos por conductas infractoras de precios. Podrían acarrear sanciones finales de unos 500.000 euros.
Junto con esa inercia, ha crecido en los últimos años el recelo del pequeño comercio tarraconense por verse arrastrado a los descuentos si no quiere quedarse fuera de juego. Así lo reflejan las encuestas de Pimec. Según el estudio, durante el año pasado un 69,57% de los comercios tarraconenses no aplicaron promociones ni rebajas durante el Black Friday o el Ciber Monday, por un 30,43% que sí lo hicieron.
En 2021, el año anterior, el ‘no’ se quedó en un 56,82%, prácticamente 13 puntos menos, mientras que, según la misma encuesta, fueron más los establecimientos adheridos: un 43,18%.
Desafección
De aquellos que sí hicieron descuentos en esta cita, la mayor parte no notó un aumento de ventas: un 57,1%, prácticamente seis de cada diez, no registraron un incremento, mientras que un 42,9% sí disfrutaron de un alza en la comercialización. En clave catalana, Pimec detecta en los últimos años una desafección del pequeño comercio desde 2018. Por entonces, un 65% hacían esa promoción. Ahora el dato es del 39%.
Pese a eso, los comercios, desde la gran superficie hasta la tienda de barrio, ultiman su puesta de largo para una fase crucial del año que cada vez comienza antes. «Hay tiendas que han avanzado ventas. Es un periodo importante y nos tenemos que aclimatar a los nuevos tiempos. Todo ha cambiado, un negocio puede decidir cuándo hace sus descuentos. Tiene que haber una programación ya desde agosto. Eso sí, te tienes que regular porque si no los descuentos te comen», indica Rosa Lucas, presidenta de la Unió de Botiguers de Reus.
«Que no se manipulen precios»
Influye la explotación que se ha hecho de la marca Black Friday, extendiéndola varios días e incluso más de una semana. «Nosotros lo asumimos en la medida de lo posible», explica Judith Sentís, que cree conveniente «que hayan más controles para que no se manipulen precios y hacer también que el consumidor compre con conciencia».
No impide todo ello que la ilusión sea máxima, a las puertas también de una campaña de Navidad que pondrá a prueba el consumo doméstico, los ahorros y el impacto de la inflación y los tipos de interés. «La perspectiva para estos días es buena», aporta Rosa Lucas. «Lo afrontamos con la ilusión renovada de cada vez. Normalmente las ventas se incrementan. Somos conscientes de que el momento económico complicado influye pero también de que mucha gente intenta ahorrar durante el año porque les gusta vivir esta época y quizás darse un capricho», admite Jacint Pallejà, presidente de El Tomb de Reus.
Pallejà defiende la «atención de proximidad», en cuanto a los procesos de «precompra, compra y postcompra y todo el asesoramiento que damos» y «la opción de pasear por el centro de Reus en un ambiente agradable». El representante del comercio en la capital del Baix Camp indica que «quizás hay sectores más tecnológicos que se añaden más días» y apunta que «creo que el Black Friday está cogiendo demasiado días». Lamenta, eso sí, que algunos descuentos en ocasiones no son lo que parecen. «A veces te encuentras con carteles que te anuncian rebajas del 80% y luego entras a la tienda y ves que solo es en un producto muy concreto», apunta Pallejà