La Fiscalía de Tarragona ha decidido archivar las diligencias abiertas a raíz de una pintada aparecida el año pasado en el edificio de la Antiga Audiència. El motivo es que no se ha podio identificar al autor de los hechos. Sin embargo, el caso se reabrirá si se consigue localizarlo.
La Sección de Medio Ambiente de la Fiscalía de Tarragona abrió diligencias de investigación después de recibir el atestado de la Guàrdia Urbana. El director del Museu d’Història de Tarragona denunció que el 13 de marzo del año pasado, cuando se dirigía a su puesto de trabajo, vio en la parte posterior del edificio de la Antiga Audiència, la que da a la calle Dels Ferrers, había un grafiti realizado en la piedra de dicho monumento. Incluso aportó una fotografía de la pintada.
Lluís Balart manifestó que el valor de la reparación de los daños ascendían a unos 500 euros, aunque todavía no se había solicitada presupuesto alguno. Sobre el monumento, añadió que la Antiga Audiència es un Bé Cultural d’Interés Nacional (BCIN), incluido en el catálogo de Patrimonio de la Humanidad, por lo que el grado de protección es máximo.
A raíz de la denuncia, los agentes realizaron una inspección del grafiti y de las calles de alrededor. Los policías señalaron que dicha pintaba estaba acompañada de otras de simbología parecida y de características similares, que se podrían corresponder a un grupo juvenil vinculado a un equipo deportivo de la ciudad. Dichos grafitos habían aparecido el domingo anterior a los hechos, concretamente el 10 de marzo. Los agentes añadían que dicho equipo de fútbol había jugado el día 9 y, como habían ganado, era posible que alguno de sus miembros, en estado de euforia, hubiese realizado las pintadas.
Resolución del fiscal
Finalmente, la Fiscalía dictó un decreto en el que indicaba que visto que no se habían recibido noticias sobre la posible autoría de los hechos, se archivaran las diligencias. Las mismas se reabrirán en el caso de la aportación de nuevos datos al caso.
En los últimos años han sido diversas las pintadas que han aparecido en monumentos de romanos, como la Muralla y el Pont del Diable. También en el edificio del Museu Nacional Arqueològic situado en la Plaça del Rei.