Anna Maria Elecciones: «Tener un libro en las manos es un placer. Es toda una experiencia»

Ha pasado toda una vida entre libros. Ahora, tras 45 años trabajando en la Llibreria Adserà de Tarragona, es momento de jubilarse

01 junio 2024 18:33 | Actualizado a 02 junio 2024 07:00
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La pasión por los libros llevó a Anna Maria Elecciones hasta la Llibreria Adserà cuando solo tenía 18 años. Desde entonces ha acompañado a los lectores y lectoras tarraconenses, los ha guiado en sus lecturas, ha sido una prescriptora que conocía bien a sus enfermos, esos amantes de las páginas impresas. Anna Maria ha sido testigo del cambio del sector, del papel al digital y de la llegada de las plataformas online. Ahora, 45 años después de aquel primer día que entró por la puerta a buscar trabajo, llegó el momento de la jubilación.

¿Cómo empezó la historia?

Siempre me he llevado muy bien con los libros. Recuerdo que cuando empecé en el colegio ya sabía leer. Entonces, a los 18 años, cuando me enteré de que faltaba personal en la librería me presenté y aquí estoy. Ya hace 45 años.

¿Se acuerda de su primera venta?

Sí. No fue un libro. Fue un bolígrafo azul porque antes teníamos papelería. La segunda venta sí que fue un libro. Era de arquitectura, de la editorial Ceac. Me acuerdo como si fuera ahora.

¿Y de la primera recomendación?

También. Yo entré a trabajar en los años 80, época que estaba de moda Hermann Hesse, que fue uno de los autores que descubrí. Me leí todos sus libros y los recomendaba.

«Mi relación con los libros será diferente porque hasta ahora leía novedades para estar al día y lo que haré será leer y releer clásicos»

¿Es difícil recomendar un libro?

Mucho. Es importante saber dar a cada persona lo que quiere y lo que le apetece en un momento determinado. Puede ser que a mí me guste mucho un libro, pero a lo mejor no es el idóneo para otro lector o lectora. Por ejemplo, yo soy muy amante de los clásicos, que son lecturas más pausadas y mucha gente quiere lo contrario, inmediatez, género policíaco, thriller. Estas cosas se tienen que tener en cuenta.

¿Cuál es el valor de una librera en una ciudad como Tarragona?

Es muy importante por el trato que tienes con el cliente porque lo puedes ayudar.

¿Algún autor la ha marcado?

Cuando entré en la librería descubrí un abanico, universales también, pero sobre todo catalanes, porque yo venía del franquismo y no había estudiado literatura catalana en el colegio. Descubrí a Mercè Rodoreda, a Montserrat Roig, Maria Mercè Marçal, Josep Pla y Manuel de Pedrolo. Eran autores que desconocía totalmente.

¿Ha aprendido mucho en estos años?

Mucho. Siempre aprendes algo, también a despachar. Me costó mucho despachar, ser amable con todo el mundo.

¿La gente es amable cuando compra libros?

Normalmente sí. Si los recibes con una buena sonrisa, después todo fluye, aunque hay excepciones. Pero no he tenido demasiados problemas.

¿Cómo ha vivido los cambios en el sector?

Hubo una temporada que bajó la venta del libro en papel, pero se ha demostrado que como el libro de papel no hay nada, incluso existen estudios que lo avalan. Es un placer tener un libro en las manos, es toda una experiencia, el olor, el tacto, es muy bonito.

«Lo primero que vendí fue un bolígrafo de color azul porque antes teníamos papelería. La segunda venta fue un libro de arquitectura»

Después de tantos años, ¿aún siente lo mismo?

Sí, siempre. Por esa razón entré aquí a trabajar, por amor a los libros.

La eterna pregunta, ¿cómo ordena los libros en casa?

Por temas. Y tengo fichas hechas a mano, ni siquiera pasadas al ordenador. Aún soy de papel y bolígrafo, de las antiguas. Soy muy romántica.

Y la profesión, ¿es tan romántica como parece?

No. Es muy estresante. Sobre todo ahora, que se centra más en dos campañas, en Sant Jordi y en Navidad. Prácticamente después de Navidad ya estás preparando Sant Jordi.

La Diada de Sant Jordi también ha cambiado.

Las de antes y las actuales son incomparables. Hace años se publicaban cuatro o cinco novedades y aquel día aprovechábamos para sacar todo lo que quedaba de fondo. De hecho, de aquí viene el descuento. Pero ahora es caótico, la gente también compra muy compulsivamente, como si no hubiera más días para entrar en una librería. No lo puedo entender.

¿Y ahora qué?

Mi relación con los libros será diferente porque hasta ahora leía las novedades para estar al día y lo que haré será releer y leer clásicos porque son los que más me gustan, los que nunca defraudan.

¿Cuál le está esperando?
Cuando era joven me compré en catalán Doctor Zhivago, de Borís Pasternak, pero era una traducción del francés, no del ruso, por lo que ahora, que ha salido la traducción del ruso directamente en castellano lo tengo allí pendiente. Y me quiero volver a leer Don Quijote.

¿Qué destacaría?

Me gustaría agradecer a toda la gente que ha venido a comprar porque he aprendido mucho de ellos, tanto a nivel personal como cultural. Los echaré de menos.

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