La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) ha presentado de nuevo enmiendas al plan antisequía enviado por el Ayuntamiento de Tarragona. Se trata de aspectos técnicos que el consistorio está valorando.
Por ejemplo, el documento establecía que los indicadores para realizar un seguimiento de las medidas de ahorro estuvieran activos durante los meses más calurosos y secos. La ACA, en cambio, propone que esta medida esté vigente durante todo el año.
El Ayuntamiento está trabajando para incorporar las recomendaciones de la Agència al documento y así tramitarlo de nuevo en breve con el objetivo de conseguir la luz verde del ente autonómico. La intención es que en junio pueda estar aprobado y en vigor.
Durante el primer semestre de 2023, ya se envió una primera propuesta de plan. Entonces, la ACA ya lo marcó como «desfavorable» y sugirió diversas enmiendas, también de carácter técnico.
Según expresaron fuentes municipales en aquel momento, algunos de los puntos en los que se trabajó tienen que ver con incrementar el detalle en la descripción del despliegue de medidas de carácter administrativo. Por ejemplo, actuaciones que tengan que ver con el seguimiento y control que el consistorio debería llevar si se da un episodio de sequía.
También se pedía más concreción respecto a cómo se actuaría ante posibles incumplimientos y qué personas serían las responsables organizativas, detallando funciones de cada una.
A principios del pasado año, se envió la primera propuesta y la ACA ya incluyó modificaciones
No obstante, la Agència señaló también las fortalezas del plan, como «la buena diagnosis que se expone y los datos de partida para conocer cuál es la situación de abastecimiento municipal», tal y como apuntaron fuentes del consistorio.
El gobierno municipal se encargó de introducir las enmiendas recomendadas por la ACA y el documento corregido volvió a enviarse en octubre. Dos meses después, se notificaron las indicaciones que ahora está analizando el consistorio.
Actualmente, la ciudad está en nivel de alerta, según marca la ACA, lo que supone el tercer nivel –de seis– de gravedad. No obstante, disponer de un plan de emergencia ante situaciones de sequía es obligatorio para los municipios de más de 20.000 habitantes desde el ocho de enero de 2020.
Entonces, el Departament de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat aprobó el Pla Especial d’Actuacions d’Alerta i Eventual Sequera (PES), un paraguas que recoge las principales medidas a tomar ante este tipo de situaciones.
Las restricciones que se marcan ahora mismo en la ciudad por parte de la ACA incluyen la limitación del uso urbano, la reducción del 25% del agua que se puede utilizar para uso agrícola, de un 10% para el ganadero, de un 5% para el industrial y de un 30% para el recreativo.
El estado hídrico actual de la mayoría del territorio tarraconense no es tan perjudicial como el del resto de Catalunya, que está más amenazado por la sequía y en niveles de riesgo superiores, que a su vez conllevan más restricciones.