La fiesta de los huevos de chocolate se avanzó este año unos días a las fechas habituales de la Pascua. Miles de pequeñas chocolatinas tuvieron la mejor idea de desperdigarse ayer por el entorno del Pont del Diable, quizá con la ayuda traviesa de algún conejo de Pascua, y fueron la excusa perfecta para pasar una mañana de sábado en familia y en plena naturaleza, lejos de la ciudad y aprendiendo inglés.
‘Easter Egg Hunt’ era la propuesta capitaneada y organizada por Kids&Us, la academia de idiomas La Martina y la asociación de comerciantes de Tarragona, la Via T. La actividad constaba de dos partes: primero, entre el 17 y el 31 de marzo, las familias tenían que ir a diferentes comercios de la ciudad, donde les sellaban la ficha y les regalaban un huevo de chocolate, y después la caza de los huevos de Pascua, ayer por la mañana.
«Nuestro objetivo no era otro que pasar un día antes de la Semana Santa en familia, que nuestros alumnos puedan disfrutar con nosotros y sobretodo darnos a conocer como la academia de inglés que somos, claro», afirmaba Natàlia Willemsen, directora académica de Kids&Us en Tarragona.
La actividad, que estaba abierta a todos los públicos, congregó ayer unos 250 niños y niñas, más las respectivas familias, un «auténtico éxito» y que supera las inscripciones de la edición del año pasado, que era la primera.
El Parc Ecohistòric del Pont del Diable se convirtió en una especie de patio de escuela al aire libre, con críos de todas las edades corriendo arriba y abajo para encontrar más dulces que nadie. Los huevos, previamente escondidos por los conejos (o, en su defecto, las maestras de la academia), se repartían entre los arbustos. Ante la adrenalina de los más pequeños, si no corrías, te quedabas sin chocolate.
Arid, de siete años, tiene claro el objetivo: ser de los que más huevos de chocolate encuentre y, después, a ver si hay suerte en el sorteo. «No sé cuantos hay, quizá 3.000 o más, hay muchos», dice él, y no va desencaminado. Martina y Eva, más pequeñas, tienen el cesto tan lleno de huevos que no les preocupa que les molestemos para hablar con ellas.
«Los huevos están muy bien escondidos pero hay tantos que no paramos», dicen ellas, enseñando un huevo especial como trofeo de su búsqueda. Y el inglés? Bien, dicen, que es tan fácil como si los buscaran en catalán, ya que las maestras van dando pistas mientras dejan caer, disimuladamente, tres golosinas que casi ni llegan al suelo. Y las familias, contentas de pasar un sábado al aire libre y de tener alguna actividad para hacer todos juntos.
Por parte de la asociación de La Via T, su gerente Judit Sentís apuntaba a las sinergías creadas entre la academia y el comercio de la ciudad, que «se ayudan mutuamente y sirve para dar a visibilidad a algunos comercios de la ciudad». Sentís calificaba de éxito la segunda búsqueda de huevos de chocolate, justo después del sorteo.
Un sorteo con vales regalo y cursos que, sin embargo, lo protagonizó el mayor premio: un huevo de Pascua de 6 kilos de chocolate, obra de la pastelería Velvet. Una gran figura dulce a pocos días del Dilluns de Pasqua.