Durante el año pasado, el vandalismo grafitero sobre los trenes de Renfe generó un coste de 10,4 millones de euros en Catalunya, explican fuentes de Renfe.
Además de la limpieza, a esta cifra se suman los gastos indirectos que se derivan de esta lacra, como por ejemplo la inversión en seguridad, tanto de personal como otros sistemas de videovigilancia, como la futura implementación de drones.
Las personas usuarias sufren directamente los trenes vandalizados con pintadas. Retrasos y trenes suprimidos por carencia de visibilidad o grafitis en los elementos de seguridad que impiden la circulación, frenazos de emergencia por pintar durante un trayecto o el olor de este producto químico que resulta muy molesto para los viajeros, entre otros problemas derivados de estas acciones.
En Catalunya
Durante 2022, más de 10,4 millones de euros es la cifra de los costes generados por los grafitis en los trenes de Renfe, unos 28.000 euros cada día. Durante el año pasado, los autores de estos actos vandálicos pintaron cerca de 33.000 m² de superficie en vagones y locomotoras.
Se han denunciado 1.490 intrusiones de grafiteros en las instalaciones de Renfe en 2022, lo que representa una media de casi cuatro actos vandálicos de estas características al día. Y para reparar las pintadas, en 2022 se hicieron unas 4.000 horas de trabajo en limpieza de trenes.
Las cifras generales
En 2022, más de 25,2 millones de euros han sido los costes generados por los grafiteros en los trenes de Renfe en España, unos 69.000 euros diariamente. Durante el año pasado, los vándalos pintaron cerca de 80.000m² de superficie en los trenes.
Se han denunciado 3.559 intrusiones de grafiteros en nuestras instalaciones, este año, lo que representa una media de cerca de 10 actos vandálicos de estos tipos en el día. En 2022, se hicieron 10.500 horas de trabajo en limpieza de trenes.
La presencia de personal de seguridad de Renfe evitó que las pintadas fueran más grandes, además de abortar el año pasado hasta 729 incursiones. El personal de seguridad de Renfe detuvo un total de 33 grafiteros y las fuerzas y cuerpos de seguridad pusieron a disposición judicial uno 150 ‘pintores’.
La pintura utilizada por los grafiteros, cerca de 16.000 litros aproximadamente, está compuesta de sustancias tóxicas, como el benceno que comporta efectos nocivos sobre el medio ambiente y las personas. Esta cifra supone unos 40.000 botes de pintura (residuo peligroso).
La retirada de grafitos obliga a movilizar los trenes hacia los centros de limpieza. El consumo eléctrico de estos desplazamientos equivale al consumo de 400.000 Kwh o lo que es lo mismo, 36 millones de bombillas encendidas durante una hora o alcanzar el consumo de más de 44.000 hogares durante un día.