Primero acudió al domicilio de su madre y le exigió la entrega de dinero, retorciéndole los brazos. Por la noche fue a la casa de su sobrino y, sorpresivamente, le clavó unas tijeras, siendo detenido poco después por los Mossos d’Esquadra. Al día siguiente fue puesto en libertad por el juez.
Poco tiempo después volvió al domicilio de su madre para amenazarla y pedirle dinero. Pero los hermanos del acusado lograron retenerle hasta la llegada de los agentes. Al día siguiente volvió a pasar a disposición judicial y, en esta ocasión el juez ordenó su ingreso en prisión, donde permaneció poco más de cinco meses.
Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona ha condenado al acusado un total de dos años y cuatro meses de prisión: a seis meses, 120 euros de multa y orden de alejamiento para no acercarse a menos de 500 metros de su madre durante año y medio por un delito de robo con violencia en casa habitada en grado de tentativa; un año y cuatro meses de cárcel y cinco de libertad vigilada, y una orden de alejamiento durante seis años por un delito de homicidio en grado de tentativa –de su sobrino–, y seis meses y once días de prisión y un año y medio de alejamiento por un delito de robo con intimidación y uso de instrumento peligroso en casa habitada en grado de tentativa. Además, tendrá que indemnizar a su sobrino con 4.410 euros por las lesiones y 10.000 por las secuelas.
A las cuatro y media de la tarde del 9 de octubre de 2017, el acusado se dirigió al domicilio de su progenitora, en Reus. Le exigió que le diera dinero. Ante la negativa de ella, la cogió de los brazos y se los retorció, al mismo tiempo que la intimidaba diciéndole: «Dame dinero que te voy a matar». Ella se negó y él se marchó de la casa.
La agresión
A las 23.50 horas del mismo día, el procesado acudió al domicilio de su sobrino, que tenía 29 años. Llamó a la puerta de acceso de la vivienda y cuando le abrió, el acusado le empujó de forma violenta y accedió a su interior. Con unas tijeras le propinó diversas puñaladas a la altura del cuello, tórax y abdomen.
La víctima pidió ayuda a unos vecinos del bloque, que lo acogieron y llamaron al 112. Las lesiones, de manera directa, no afectaron a órganos vitales que implicasen un riesgo vital inmediato, si bien sus complicaciones sin el tratamiento adecuado habrían sido letales.
El acusado abandonó el domicilio y posteriormente fue localizado por dos patrullas de los Mossos d’Esquadra en la calle De l’Estel. Llevaba unas tijeras en el interior de una bandolera.
En libertad tras el primer arresto
El día 11 pasó a disposición judicial y el juez decretó su libertad. El mismo día, sobre la una de la tarde, se dirigió de nuevo al domicilio de su madre. Entró a través de la ventana. Una vez dentro, cogió nuevamente a la mujer para que le entregada dinero. Ella, de nuevo, le dijo que no.
Entonces él se fue a la cocina, cogió un cuchillo y la intimidó diciéndole: «Quiero 20 euros, si no te voy a matar». Sus hermanos, que estaban en la vivienda, lograron retenerlo para impedir una nueva agresión.
En el momento de los hechos el acusado se encontraba diagnosticado de esquizofrenia paranoide, que implicó una disminución de moderada a grave de sus capacidades cognitivas y volitivas.
