La Audiencia de Tarragona ha confirmado la sentencia absolutoria dictada por el Juzgado de lo Penal 5 de Tarragona. El acusado era un hombre que presuntamente había compartido fotos íntimas de su expareja a través de Telegram, a pesar de que ella le había dicho que las borrara cuando terminó la relación.
El acusado y la víctima mantuvieron una relación de ocho meses, que comenzó en octubre de 2018. Cuando finalizó, ella pidió al acusado que eliminara de sus archivos las fotografías y vídeos que, con el consentimiento de ella, había grabado de algunas de sus relaciones sexuales. La petición fue atendida por el procesado.
Los jueces consideran que no quedó demostrado que el autor fuera el acusado
En agosto de 2020, una amiga de la denunciante participaba en un grupo aficionado a los intercambios de pareja. Contactó con un hombre –cuyo nombre de pila era igual que el del acusado– y en cuya página volcó algunas fotos y vídeos aludidos anteriormente. La amiga reconoció que en las imágenes salía la denunciante. No ha quedado demostrado que el responsable de colgar dichas fotos fuera su expareja.
La magistrada del Juzgado de lo Penal consideró insuficientes las pruebas aportadas durante el juicio. Y también otras que no se hicieron y que hubieran sido idóneas, como una investigación pericial policial de la IP –ordenador– desde donde se compartieron las fotos o bien un seguimiento de la cuenta desde la que se realizaron las publicaciones hasta llegar a la identidad del auto.