Tarragona es la única provincia en toda España que reúne en su territorio a ocho Denominaciones de Origen (DO). La historia vitivinícola de estas tierras nace en la época de los romanos, aunque un yacimiento en estudio ha puesto al descubierto que el cultivo de la viña tendría más de 2.300 años de antigüedad en estos lares. Con los romanos empezó una cultura del vino que continuó en la Edad Media: los monjes cartujos en Scala Dei (Priorat) o los cirtercienses en Poblet, Vallbona de les Monges o Santes Creus.
Este bagaje histórico es el que ha definido en la actualidad los territorios que albergan las diferentes DO que cohabitan en esta provincia.
La frescura es la calidad más destacada de los vinos de la Conca de Barberà, con su variedad autóctona conocida como Trepat al frente. La DO Penedès tiene la particularidad que sus viñedos están ubicados a más de 600 metros de altura. Sean blancos, tintos o rosados, del Penedès destaca los aromas entre la montaña y el mar. Por otro lado, los vinos del Priorat son reconocidos con la máxima mención de calidad y destacan de entre todos, los tintos, con personalidades rotundas. Pasamos a la Terra Alta, que se define por su garnacha blanca, una de las variedades más valoradas de la uva blanca. Y los vinos del Montsant, conocida por sus viñedos ancestrales en suelos de pizarra. La DO Tarragona deja entrever el clima temperado en el que vive la materia prima. Finalmente, nos encontramos la DO Catalunya y la DO Cava, más generalizadas en todo el territorio.
Al igual que en otras zonas vitivinícolas de la demarcación, la DO Tarragona ofrece un clima soleado, cálido y seco típicamente mediterráneo en el que los viñedos protagonizan el paisaje junto los pinos, los olivos y los almendros en una zona cuya temperatura media son 15 grados. Estos elementos hacen nacer en la comarca unos vinos de graduación moderada y acidez poco marcada.
«La gran variedad de clima y del suelo es la causa de que haya tantas DO en nuestro territorio. Todo esto hace que sea una zona muy apta para los viñedos», explica Joan Miquel Canals, decano de la Facultat d’Enologia de la Universitat Rovira i Virgili (URV).
Las Denominaciones de Origen se crearon en los años 70, destacando las variedades catalanas y las de la Rioja. «La intención, de alguna manera, era que se hicieran las cosas de una misma manera, con cierta coherencia», asegura Canals. Los objetivos de las DO son varios, entre los cuales, podemos hablar de hacer promoción conjuntamente y dar una garantía de calidad añadida, ya que existe una entidad reconocida que ha supervisado si cumple con las características determinadas.
«Nada tiene que ver el vino negro de la DO Tarragona con uno que se hace en el Priorat, porque el suelo y el clima es distinto, lo que hace que el vino tenga distintas características», explica el decano de la Facultat d’Enologia de la URV. El estrés que sufre el viñedo o la cantidad de agua que le llega, son algunos de los factores que diferencian la denominaciones de origen.
Canals nos cuenta algunos de los secretos de este mundo y explica como de importante es la temperatura para la síntesis del color de la uva. «Es necesario que las noches sean frías», asegura el experto. A modo de ejemplo, es en pueblos del interior donde las noches son siempre más frías que en la costa. Así se podría explicar, en parte, la buena fama de los vinos del Priorat.
El Priorat, el más reconocido
Cada vez más, el territorio es consciente del gran valor que tienen sus viñedos y sus tierras. «Al final, la consciencia que tenemos es fruto de los imputs que recibimos. Y, lo cierto, es que los señales que recibimos es que la DO Priorat está siendo reconocida a nivel mundial», explica Canals, quien se muestra convencido d que «sin riesgo a equivocarme, podríamos decir que el vino Priorat nace en una de las zonas más reconocidas del mundo en este ámbito». El decano de la Facultat d’Enologia asegura que cada Denominación de Origen tiene sus características, siempre fruto de una evolución. Un auténtico placer km 0 para el paladar.