La normativa europea de que los tapones de las botellas de plástico estén adheridos al envase genera un intenso debate en las redes sociales.
Son muchos los que lamentan la incomodidad que supone para beber de la botella o incluso al verter el contenido en el vaso si el tapón se gira. Incluso que es un negocio para las empresas recicladoras para recibir más material.
Pero también son muchos los que señalan que se perdían millones de tapones que acaban en el ecosistema sin poder ser reciclados con la consiguiente afectación para el medio y la pérdida de un material que podría ser reciclado.
De los primeros
España ha sido de los primeros países de la Unión Europea que ha implantado norma. La Directiva Europea tiene como objetivo prevenir y reducir el impacto de ciertos productos plásticos, especialmente en el medio acuático y en la salud humana.
Según el Ministerio de Transición Ecológica en España se generan 1,6 millones de toneladas de residuos de plástico de los que un 6% son tapones y un 1,4% botellas y garrafas. El objetivo de la norma es que los envases de un solo uso se reciclen los máximo posible. Osea, con sus tapones.
Pero en el debate hay un tercer protagonista como son las entidades sociales que recogían tapones para con su venta poder financiar diferentes acciones solidarias y que ahora verán como disminuye drásticamente el número de tapones que recibirán.
Seguir aportando
Pero «la normativa no prohibe separar los tapones para iniciativas como la de nuestro proyecto de economía circular», como señalan en la Fundació Catalana de Parálisis Cerebral.
La recogida de los tapones permite a la asociación ayudar a sus campañas dando una segunda vida al plástico y promover la sostenibilidad. «Es completamente legal y seguro seguir separando los tapones de las botellas dentro de nuestro proyecto».
En declaraciones de la Fundació Catalana de Parálisis Cerebral la recogida de los tapones ayuda a facilitar el transporte adaptado para que las personas puedan realizar diferentes actividades deportivas y sociales.
500.000 tapones, una tonelada
Los colegios siguen aportando a la entidad bolsas de tapones que son de una gran ayuda. De momento no han calibrado el impacto de la norma de que el tapón esté adherido al envase, pero temen que supondrá una reducción de aportaciones.
Por kilo de tapones de plástico se paga entre 0.15 y 0.25 euros. En una tonelada hay unas 500.000 unidades.
Por ello los críticos con la norma pueden darle la vuelta a la queja y aportar sus tapones a entidades sociales además de evitar que ese plástico llegue a los mares.