Las ratas han sido la plaga más numerosa de este verano en Catalunya, sobre todo en grandes ciudades, según un estudio de la Asociación Catalana de empresas de Salud Ambiental (ADEPAP), que destaca que estos animales han cambiado sus hábitos y tienen menos miedo al contacto con humanos.
Durante el confinamiento para controlar la pandemia del covid-19, las ratas, que solían evitar la presencia humana, se acostumbraron a salir a las calles, y empezaron a perder el miedo al contacto con las personas incluso en las grandes ciudades.
Este cambio de hábitos en los animales ha provocado que se incremente su número a las grandes urbes, como Barcelona, donde el Ayuntamiento de la ciudad cifró en 250.000 el número de estos animales en agosto, animales que durante todo el verano se han dejado ver en lugares turísticos como la plaza Catalunya.
Este tipo de animales, además de tener cada vez menos miedo al contacto con humanos, presentan una mayor adaptación a los productos venenosos biocidas, lo cual provoca que sea más difícil controlar las poblaciones bajo los límites de tolerancia establecidos, no solo las ratas grises -las más comunes-, sino también las ratas negras, especie que no solía verse en ciudades.
“Las plagas de ratas son muy nocivas para la salud ambiental, puesto que se trata de una especie que transmite muchas enfermedades” ha destacado en un comunicado el presidente del ADEPAP, Quim Sendra, que ha alertado que “tendrían que restringirse los raticidas para uso no profesional puesto que son los expertos los que conocen como atacarlas de forma segura para el medio ambiente y el resto de especies”.
Otras plagas: cucarachas, mosquitos y chinches
Además de las ratas, que han sido la plaga más numerosa, las anormales altas temperaturas de este verano también han provocado una mayor presencia de cucarachas, porque las altas temperaturas inducen a que salgan de las alcantarillas, que son su hábitat en las ciudades.
Para acabar con la plaga de estos insectos es necesario un buen mantenimiento y limpieza del sistema de alcantarillado, y el ADEPAP desaconseja el uso de insecticidas domésticos porque, dicen, podría trasladar la plaga a otros lugares en vez de acabar con ella.
El número de chinches también ha crecido y “se ha vuelto a los niveles prepandemia por la reactivación de la movilidad internacional”, según Sendra, quien ha recordado que para acabar con estos insectos se recomienda lavar la ropa utilizada durante los viajes a alta temperatura, unos 60 grados, y limpiar las herramientas de aseo personal antes de guardarlas.
Por otro lado, el verano extremadamente seco ha provocado “menos mosquitos de los esperados”, según el presidente de ADEPAP, aunque ha remarcado que en las poblaciones en las cuales sí que ha llovido mínimamente, como en el Tarragonès o el Baix Llobregat, sí ha habido una “plaga importante de mosquitos”.
