La pandemia ha golpeado a la salud de la población, pero también ha sacudido de forma flagrante al mundo laboral. ERTE, despidos, cierres de empresas… han hecho replantearnos el futuro profesional.
La Formación Profesional es una herramienta de inserción laboral gran magnitud y es que sus índices de introducción al mundo laboral son superiores a otros estudios. De la FP también se destaca que sus estudiantes consiguen un tipo de contrato y un sueldo bastante más beneficioso y sustancioso.
Está previsto que el presente año se complete el desarrollo de la nueva Ley educativa, la LOMLOE, también conocida como Ley Celaà, tras ser aprobada en diciembre de 2020. Asimismo, en 2022 verá nacer una nueva Ley Orgánica de ordenación e integración de la Formación Profesional, una norma que ya fue aprobada por el Congreso. La norma, que todavía está en debate en el Senado, establece una oferta de Formación Profesional ordenada en itinerarios formativos que permiten la progresión a través de cinco grados ascendentes (A, B, C, D y E).
Los cinco grados
El grado A conducirá a la obtención de una acreditación parcial de competencia; el B implicará la obtención del certificado de competencia profesional referido a un módulo profesional; el C reúne varios módulos y conduce a la obtención de un Certificado Profesional; el D se corresponde con los ciclos formativos de Formación Profesional; y en el grado E se integrarán los cursos de especialización.
Según datos oficiales, en Cataluña se pueden cursar 174 títulos de FP diferentes, de 26 familias profesionales distintas actualmente. 37 de ellos son nuevas adaptaciones con las que pretenden ajustarse a las demandas del mercado. Con un total de 72 titulaciones en técnicos en ciclos formativos de grado medio y 102 destinados a la obtención del título de técnico superior, la oferta es completa a la par que diversa.
Demanda al alza
El pasado verano las solicitudes para cursar FP se desbordaron en Cataluña: casi 100.000 personas presentaron su solicitud para cursar un grado medio o superior de formación profesional (FP) para el presente curso 2022-2023, una demanda insólita y desbordante para las opciones que presentaban los centros educativos. Y es que la oferta existente era de 68.167 plazas en el momento de la preinscripción.
¿Qué pudo causar este súbito repunte histórico en la demanda de estos estudios? La hipótesis más plausible es la propia pandemia: la falta de trabajo actual (con una tasa de paro juvenil cerca del 40%), de oportunidades y de un presente lleno de incertidumbres para los jóvenes desdibujan el futuro profesional. Sumado a que, si la persona no cuenta con títulos académicos, tiene menos posibilidades de una inserción laboral con buenas expectativas, es lógico que, según datos facilitados por Educació, el mayor grueso de demandantes de FP para este curso tenga más de 20 años.
A su vez se indicó, que de los 68 ciclos existentes, en 35 se ha superado la demanda, siendo Cuidados de auxiliar de enfermería y microinformática las dos opciones más solicitadas. En cambio, construcción metálicas y eficiencia energética y construcción de obras son las que tienen más vacantes.
Apuesta segura
«Pese a la situación de pandemia que ha tenido una importante afectación en el nivel de empleo de la población catalana, los graduados en enseñanzas profesionales presentan unas altas cifras de inserción laboral. Empiezan a recuperarse los niveles de prepandemia en cuanto a la inserción», informó a finales de año el Servei Públic d’Ocupació de Catalunya.
En este sentido, el consejero de Educación, Josep González-Cambray, destacó que «en algunas de las familias de FP la inserción laboral es casi inmediata y el grado de ocupación de determinados perfiles profesionales es muy elevado. Estas perspectivas de empleabilidad son las que, en parte, explican el éxito de matriculaciones de estudios de formación profesional del último año».
De acuerdo al informe que facilitaron desde el Servei Públic d’Ocupació, las cinco familias de FP con mayor inserción laboral son Industrias extractivas con un 70; Madera, mueble y corcho, 64%; Marítimo-pesquera, al 58%, igual que Instalación y mantenimiento y Electricidad y Electrónica, con un 57,7%. Opciones que, además, presentan un mayor nivel de ingresos que el resto.
El estudio concluye que «las personas graduadas en este tipo de estudios presentan mayor empleabilidad, si se considera las altas cifras de paro juvenil de Cataluña. Así, hay menos paro entre las personas graduadas en FP (13,86%), si se compara con la media de paro juvenil (33,40%)», lo que supone más del doble superior al paro de los graduados.
La Dual, la más popular
En este sentido, la FP Dual continúa siendo una de las más demandadas de los últimos años. Se trata de una modalidad de aprendizaje en la que el estudiante puede combinar la formación en el centro educativo con la actividad en una empresa. Durante la estancia formativa, el alumno lleva a cabo tareas acordadas entre la empresa y el centro educativo. Uno de sus principales objetivos es ayudar a los alumnos a conocer más de cerca el sector en el que van a trabajar, además de mejorar su cualificación profesional y facilitar su incorporación al mercado laboral.
La nueva Ley busca también que toda la FP al completo se convierta en Dual, con un contrato retribuido de formación y dos tipologías a escoger: genérica cuando las prácticas representen entre el 25% y el 35% de la duración total de la formación y cuando la participación de la empresa en el currículo no supere el 20%; e intensiva las prácticas representarán más del 35% de la duración total, y la empresa participe en más del 30% de los contenidos.