Los anticuerpos anti-SARS-CoV-2 pueden persistir casi dos años después de la enfermedad, según demuestra un estudio publicado este jueves. En una muestra de personal sanitario no vacunado, los anticuerpos en cuestión se mantienen al menos 20 meses después de pasar la enfermedad.
El ensayo añade que la obesidad, la edad alta y ser fumador se asocian a una menor respuesta de anticuerpos. Estas son las principales conclusiones de un estudio publicado en la revista ‘BMC Medicine’, que ha sido coliderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Instituto Catalán de la Salud (ICS) Catalunya Central y la IDIAP Jordi Gol (IDIAP JG), con la colaboración de la Fundación Privada Daniel Bravo Andreu (FPDBA).
ISGlobal ha recordado también mediante una nota de prensa que casi el 35% de la población mundial sigue sin recibir ni siquiera una dosis de vacuna contra la covid-19, por lo cual su inmunidad frente al virus depende exclusivamente de la infección. Por lo tanto, según la entidad, conocer cuánto dura la respuesta inmune después de la infección por SARS-CoV-2 y qué efectividad tiene “son elementos clave” para guiar decisiones sobre como controlar esta y futuras pandemias de coronavirus.
La cohorte de personal sanitario que ha sido la muestra del estudio ha incluido gente más joven que en otros estudios similares y más expuesta al virus, que sufrieron una infección sintomática, y en la cual se han tomado muestras regulares a lo largo de casi dos años. El equipo investigador evaluó la persistencia de anticuerpos de tipos IgM, IgA y IgG dirigidos contra la proteína Spike (S) y Nucleocàpside (N) del virus en muestras de 247 personas con infección sintomática y todavía no vacunadas, obtenidas en ocho momentos diferentes entre el verano del 2020 y noviembre del 2021.
Los resultados muestran, como se esperaba, una caída gradual y considerable en los niveles de anticuerpos, pero más del 90% de las personas participantes continuaba teniendo anticuerpos frente a los cinco antígenos virales analizados en todo momento del estudio.
Incluso en las 23 personas que todavía no se habían vacunado en noviembre del 2021, la seropositivitat se mantuvo en un 95%. Solo se observaron ocho reinfecciones durante el periodo de seguimiento, lo cual sugiere que la inmunidad es robusta y duradera incluso frente a las nuevas variantes como por ejemplo alfa y delta. Este estudio, pero, se realizó antes de la llegada de la variante òmicron.
El análisis de muestras tomadas justo antes del inicio de la vacunación confirma el observado en estudios previos: la edad y ser fumador se asocian con menores niveles de anticuerpos, mientras que la hospitalización y ciertos síntomas (fiebre, pérdida de gusto y olfato) se asocian con niveles más altos. “Esto explicaría también por qué en este estudio estamos viendo una seropositivitat tan duradera, puesto que todas las infecciones registradas en personal sanitario fueron sintomáticas”, señala la investigadora de ISGlobal, Carlota Dobaño.