Temor entre los comercios reusenses por la peatonalización de Salvador Espriu

La calle seguirá el mismo modelo que el arrabal de Santa Anna, dando mayor protagonismo al viandante. Los negocios creen que pierden visibilidad y comodidad para la clientela

25 junio 2021 18:10 | Actualizado a 26 junio 2021 05:56
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Los comercios ubicados a la calle de Salvador Espriu de Reus se muestran algo perplejos ante el anuncio de que la peatonalización del arrabal de Santa Anna se extenderá también a lo largo de esta vía, que une el arrabal con la calle de la Amargura. Señalan que se han enterado del proyecto a través de la prensa, por lo que habrían valorado que previamente el consistorio les hubiera presentado las intenciones para, así, recoger sus opiniones. Por otro lado, se muestran críticos y recuerdan que las pruebas piloto ya realizadas en el arrabal Santa Anna «no han tenido efecto», a pesar de que el proyecto sigue adelante.

Que Santa Anna se peatonalice ya tiene efectos directos sobre Salvador Espriu. Y es que la calle –anteriormente con acceso a través del arrabal– tuvo que ser transformada, en 2019, para permitir que los coches pudieran acceder al Parking Simonet, ubicado en esta vía. La calle fue adaptada para que fuera de doble sentido y, así, garantizar la entrada y salida de vehículos por la calle de la Amargura. La zona de contenedores fue desplazada y se redujo la zona de carga y descarga y de aparcamiento de motos. Con la futura peatonalización, se garantizará la accesibilidad al aparcamiento privado, pero algunos no lo ven nada claro, comercialmente hablando.

Desde el Colmado Giner, en la esquina entre calle Salvador Espriu y el Passatge de Salvador Seguí i Rubinat, comentan que desde que se realizaron los cambios de circulación «tenemos problemas con la carga y descarga de mercancías». Y es que, según comentan, los proveedores acaban aparcando en la calle de Sant Vicenç. Recuerdan que comercios de la calle Llovera también se ven afectados, de rebote, por los cambios de circulación que se están produciendo en el arrabal Santa Anna y Salvador Espriu y apostan por habilitar más zonas de carga y descarga para descongestionar las actuales.

Las modificaciones viarias también tienen efectos sobre la clientela, comentan desde Colmado Giner. «No hay facilidades para estacionar y, por iniciativa propia, repartimos tiques de parking entre los clientes para suplir lo que no se hace a nivel municipal», comentan. También subrayan que están apostando por la venta online: «Muchos clientes hacen el pedido y después pasan por la tienda a recogerlo. Es sólo un momento, pero se ven obligados a estacionar en un parking para realizar una gestión rápida, y estas dificultades de acceso pasan factura a los comercios... Quieren que esto sea como Barcelona, pero somos Reus y no dejamos de ser una ciudad pequeña...», se recuerda desde este establecimiento.

En la misma calle Salvador Espriu, TCinterior Mobles & Decoració, del Grup ToldoColor, se muestran a la expectativa de cómo acabará afectando la futura peatonalización de esta vía. De entrada, reconocen que algo de afectación sí que han tenido ya las restricciones de vehículos en el arrabal Santa Anna, básicamente porque la tienda ha perdido visibilidad. «Si pasan coches, quieras que no, hay clientes potenciales que te ven. Tienes una visibilidad. Y esto es lo que no tenemos desde que se produjeron los cambios en el arrabal y en esta calle, la Salvador Espriu, se rediseñó la circulación», se señala desde el establecimiento. A pesar de estos efectos, explican que la clientela tampoco se ha modificado, sino que subrayan que se trata de una cuestión de visibilidad.

En cuanto a la carga y descarga de género, en su caso –a diferencia del Colmado Giner– no ha tenido una afectación directa, aunque sí que han tenido que cambiar los hábitos. Recuerdan que la tienda tiene también acceso por la calle Amargura, y es que forman parte del Grupo ToldoColor, y ambas tiendas están conectadas. Es por ello que, si anteriormente descargaban los muebles desde Salvador Espriu, ahora lo hacen desde la calle Amargura.

Objetivo: 2022

La previsión es que la peatonalización llegue a la calle de Salvador Espriu en 2022, acción incluida en la segunda fase de la peatonalización del arrabal Santa Anna. En la primera, prevista para el próximo otoño, se transformará el arrabal en el tramo entre la plaza Prim y la calle de Santa Anna. En la segunda fase, se actuará hasta la plaza de Catalunya y el eje para viandantes se extenderá por Salvador Espriu. La semana pasada, se licitó el contrato para la redacción de esta segunda fase por 15.000 euros. Posteriormente, y una vez aprobado el proyecto y adjudicado el contrato, empezarían las obras, que se calcula que sea en 2022.

El proyecto definirá las actuaciones a realizar. De entrada, el objetivo es transformar el trazado en un recorrido cívico. Sería una isla de peatones de plataforma única. Se mantendrán las actuales aceras y se instalará un pavimento confortable en las zonas donde tengan que circular vehículos de forma ocasional. Se renovará el mobiliario urbano y los espacios de convivencia se configurarán como vestíbulos de los establecimientos comerciales y patrimoniales para contribuir a incentivar la actividad económica y promocionar el patrimonio arquitectónico.

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