La obesidad infantil se ha multiplicado por 10 en los últimos 40 años. Un dato demoledor ¿no?
Si, pero en nuestro país parece que empieza a frenarse. Somos de los países de Europa donde tenemos más obesidad infantil. Probablemente, no sólo por la alimentación, sino también por el estilo de vida de nuestros hijos.
¿Porqué hemos llegado hasta aquí?
Los dos factores más importantes son que cada vez hay más sedentarismo por parte de los niños (somos de los países europeos donde nuestros hijos son más sedentarios) y que nos alimentamos peor.
¿Sedentarismo? Pero si nuestros hijos no paran de hacer actividades extraescolares y deporte...
Sí, pero dedican muchas horas a estar delante del ordenador o el televisor. Cada vez tenemos un entorno menos favorable para poder hacer actividad física. Los niños antes jugaban en la calle y, en cambio, ahora no es seguro; o iban solos al colegio y ahora los llevamos en coche.
O sea, que el niño de hoy en día pisa menos la calle...
Sí, estamos hablando de la actividad física en tiempo de ocio. Algo tan sencillo como jugar en el parque. Sí que cada vez tenemos más gimnasios o gente adulta que practica deporte, pero nuestros hijos son más sedentarios que antes.
¿Y sólo por estos dos motivos tenemos más obesidad infantil?
No. Hay más. Uno es lo que conocemos como la nutrición de transición. Se ha visto que el niño que ha sufrido hambre intraútero tiene más riesgo de sufrir obesidad de adulto. Aquellas generaciones que han nacido en épocas de hambre, por ejemplo nuestra Guerra Civil, tuvieron unos déficits nutricionales que los han condicionado en el tiempo a tener más riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares. También hay otros factores desconocidos, pero que últimamente se están conociendo, que son los irruptores hormonales. Sustancias contaminantes que alteran ciertas hormonas y facilita que la persona pueda tener más posibilidad de tener obesidad.
¿La dieta ideal para un niño?
Todo es cuestión de prudencia. No existe una única dieta ideal. Lo que sí que es seguro es que debería ser más vegetariana, más pobre en hidratos de carbono de alto índice glicémico, más pobre en grasas de origen animal y más rica en grasas de origen vegetal. En realidad, si los niños fuesen un poco más vegetarianos y no comiesen alimentos prefabricados -que son muy ricos en sal y azúcar- probablemente se acercarían más a una dieta ideal.
¿Están educados los padres para guiar a sus hijos por una dieta de estas características?
Yo creo que sí, bastante. Otra cosa es que tenemos a nuestros hijos muy consentidos. Si nosotros somos conscientes de lo que es bueno o es malo, se trata de ponerlo en práctica. Pero, en general, la gente sabe qué puede comer y qué no.
¿La alimentación se educa?
Sí, pero tenemos unos agentes externos que no nos ayudan nada. La industria alimentaria nos presiona y cada vez nos ponen más alimentos delante de nuestros ojos que nos acabamos comiendo, porque cuando más sal, grasa o azúcar tienen son más gustosos. Cuanto más preparados están, como somos una sociedad que buscamos facilidades, y tiramos hacia la comida rápida.
¿Come mejor un niño que se queda en el comedor del colegio que el que lo hace en casa?
Hay de todo. Colegios que cuidan muy bien lo que se les ofrece a los niños, y otros que no lo hacen tan bien. Es muy fácil que una escuela pueda programar una alimentación saludable, tanto por profesionales en nutrición como la ayuda de programa de alimentación de la Generalitat. También es cierto que, a veces, las escuelas cuidan más la alimentación de sus alumnos que los propios padres. Estamos en una sociedad en la que se les da todo a los niños. Comer en el colegio desde pequeño, sobre todo en la edad preescolar, está muy bien porque es una manera de socializar la comida
¿Es partidario del impuesto sobre las bebidas azucaradas?
Me gusta que me hagas esta pregunta. Yo soy un gran defensor de los impuestos en los alimentos. En nuestro país tenemos un sistema que va en contra de la salud pública. Pondré algunos ejemplos. El pan blanco tiene un impuesto reducido del 3%, mientras que el pan integral o el pan sin sal, que son los que queremos que coma la gente, tienen un 10%. Eso significa que es más caro comer algo que es más bueno para la salud. Pasa lo mismo con la pasta integral o la normal. O la leche, que también tiene un impuesto del 3% y un yogur, que es tan o más saludable, tiene un 10%. Los impuestos se pusieron en su día sin pensar en salud pública y esto sólo tiene un fin recaudatorio.
En el caso de las bebidas azucaradas, creo que es una buena oportunidad para, con una medida legislativa, poder cambiar el patrón de consumo. Creo que en el caso de Catalunya, el sistema que se ha impuesto en demasiado tímido. Porque la cantidad recaudada es tan pequeña que difícilmente tiene una repercusión sobre el consumo. Y, cuando se ponen una impuestos con finalidad de salud pública, el dinero tiene que revertir sobre la propia salud pública.
¿Hay alimentos buenos y malos?
La industria alimentaria normalmente dice que no hay alimentos buenos y malos, porque es la manera que tiene de defenderse. En verdad, todo depende si se consume más o menos. A nivel poblacional, a veces un alimento puede ser malo. Por ejemplo: en México, que consumen una cantidad enorme de bebidas edulcoradas, se sabe que éstas son malas. Lo que no quiere decir que una persona, si hace una dieta perfecta, no pueda beberse un refresco de este tipo.
Una curiosidad... ¿Qué desayuna normalmente un experto en nutrición como usted?
Debo aclarar que no soy aquellas personas que hacen las cosas perfectas. Intento tomar cada día un lácteo y, dependiendo de la prisa que tenga, también un poco de fruta o un pequeño bocadillo a media mañana. Lo que está claro es que desayunar es importante. Se ha visto en adultos y en niños que aquellas personas que escapan del desayuno tienen más riesgo de desarrollar obesidad.
¿Nos hemos puesto las pilas en Catalunya y España en desarrollar políticas para luchar contra la obesidad?
Hemos empezado a hacerlo. En la Generalitat de Catalunya existe un programa muy interesante que se llama PASS (Pla Integral per a la Promoció de la Salut mitjançant l’Activitat física i l’Alimentació Saludable), que utiliza múltiples estrategias para promover el ejercicio físico y una alimentación saludable. A nivel español está la estrategia NAOS que es similar, aunque un poco más tímida.
¿Con una buena alimentación vivimos más años?
Podemos vivir mejor y más años. Los médicos queremos alargar la esperanza de vida llegar al final de ésta de la mejor manera posible. Y las dos cosas se pueden conseguir. A través de diferentes mecanismos de la alimentación sabemos que podemos actuar sobre el envejecimiento. También tenemos múltiples evidencias de que a través de la alimentación podemos mejorar la calidad de vida.
¿Existe algún alimento que esté prohibido consumir?
No, ninguno. Si no ya no sería alimento, sino un tóxico. Podemos comer de todo, aún teniendo algunas enfermedades, excepto casos como los celíacos. Por ejemplo, un diabético puede comer azúcar. A los que nos dedicamos a nutrición no nos gusta hablar de alimentos prohibidos, sino de restringir alimentos o hacer una dieta prudente, sin excesos, aplicando bastante el sentido común. La dieta ideal es aquella que es bastante vegetariana, con pocos alimentos de origen animal y procesados, a poder ser de nuestro entorno.
¿Qué le parece esta corriente, que va a más en los últimos tiempos de no comer alimentos procesados?
Me parece muy bien, aunque no se trata de no comer, sino de reducir su consumo. Hay alimentos mínimamente procesados, como por ejemplo la fruta cortada o el yogur. Pero hay otros que sí lo están en exceso como los embutidos, las pizzas o cualquier alimento preparado. Normalmente, los alimentos procesados llevan muchos conservantes, sal, azúcar o grasas de origen animal. Por lo que si los consumimos estamos comiendo un exceso de azúcar y grasas saturadas.
¿Es mejor comprar los alimentos en un mercado que en un supermercado?
No necesariamente. En un supermercado hay más alimentos procesados y, en algunos, pocos de proximidad. Es más fácil encontrar estos últimos en un mercado clásico
¿Podemos estar tranquilos de la calidad de los alimentos que consumimos?
Una cosa es la calidad y otra la seguridad. Nunca, en la historia de la humanidad, hemos tenido una seguridad tan importante en la comida que consumimos. Hemos legislado enormemente lo que puede tener o no un alimento y las empresas están sometidas a férreos controles.
¿Es suficiente? Pues no, porque tenemos que buscar la perfección.
Respecto a la calidad, es cierto que cada vez tenemos más alimentos procesados a nuestro alcance. Un ejemplo lo tenemos con los estudiantes, que comen lo que hay en la nevera. La comida, para ser sana, tiene que planificarse. Antes, la persona encargada de la comida en casa, planificaba toda la semana. Ahora, la gente tiene prisa y va al supermercado, donde le venden lo que quieren, la mayoría alimentos procesados.
¿El agua engorda durante las comidas?
No, para nada. Es recomendable beber agua, sobre todo las personas mayores. Y es la bebida ideal para consumir durante las comidas.
¿La fruta, después de comer, engorda?
No. No está demostrado que el orden en el que consumimos los alimentos tenga ningún efecto sobre la salud.
¿Y el pan engorda?
Depende de la cantidad que consumas y del resto. Eso sí, mejor integral.
¿Es cierto que los tomates de hoy en día no saben igual que los de hace años?
Creo que hemos perdido una gran variedad en el tipo de tomates, frutas, verduras, etc. Lo que ocurre también sobre todo con las frutas, es que muchas veces son de cámara.
¿Comer más sano es más caro? Lo digo, por ejemplo, por el precio de las frutas y verduras ecológicas...
El tema de los productos ecológicos no lo tenemos resuelto todavía. No existen muchos estudios que demuestren que un producto ecológico sea mejor desde un punto de vista nutricional. Y, respecto a los contaminantes, dependerá del producto. Hay mucha moda de alimentos ecológicos, pero son muy caros, no justificadamente. Es cierto que si haces un cultivo ecológico la producción es más pequeña, pero hay alimentos ecológicos que no deberían ser tan caros.