Los vigilantes de Renfe en Reus denuncian 'inseguridad' y 'falta de medios'

Los empleados de seguridad piden cobrar un plus de peligrosidad por las situaciones de riesgo que viven a diario

19 mayo 2017 21:09 | Actualizado a 24 diciembre 2019 20:00
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Seguro que recuerdan un incidente que ocurrió el pasado mes de julio en un tren que estaba a punto de parar en la estación de Reus. Cuatro jóvenes acabaron agrediendo a un vigilante de Renfe, después de que este interviniese ante la negativa de los adolescentes a enseñarles el billete, activaron el freno de mano del convoy y después huyeron apedreando el tren. Los cuatro jóvenes, dos de ellos menores de edad, fueron detenidos días después por los Mossos d’Esquadra.

Este incidente, que tuvo repercusión mediática por el hecho de que un pasajero lo grabó, no fue un hecho puntual, tal y como denuncian un par de vigilantes de la empresa LPM, contratada por Renfe, para reforzar la seguridad en el interior de los trenes que cubren trayectos de la provincia de Tarragona. Estos dos vigilantes de seguridad, que prefieren mantener su nombre en el anonimato por miedo a sufrir represalias laborales por parte de la empresa, explican al Diari que «nos enfrentamos cada día a situaciones de riesgo, por las que no nos pagan. Tenemos una nómina de 920 euros al mes, sin plus de peligrosidad, que en el mejor de los casos puede llegar a los 1.200 euros. Pero no se nos paga por todo lo que hacemos».

Estos empleados que a diario se suben en los trenes que cubren el trayecto entre Reus y Vilanova i la Geltrú también se quejan de que «no tenemos medios para desarrollar nuestro trabajo en condiciones. No tenemos ni chalecos de seguridad, ni guantes anti-corte. Vamos con una simple defensa de 50 centímetros con la que tenemos que enfrentarnos a situaciones de riesgo».

 

Escoltas

Respecto al tipo de servicio que realizan también aseguran que «no hacemos vigilancia en los trenes, sino de escoltas de los interventores, que también están amenazados por gamberros que van sin billete». Es por ello que también reclaman que «cuando estemos en trenes dobles deberíamos ir dos parejas de vigilantes, para estar más seguros».

Entre las situaciones a las que se enfrentan cada día los vigilantes de seguridad de los trenes, la de las personas que viajan sin billete es una de las más repetidas. «He visto a personas ponerse muy agresivas por no pagar los dos euros que cuesta un billete», comenta uno de estos vigilantes, quien añade que «cuando el revisor nos requiere porque encuentra a alguien sin billete, muchos se ponen agresivos. Además, muchas personas se niegan a identificarse si les pedimos el DNI porque dicen que no somos agentes de la autoridad. Están equivocadas porque dentro del tren sí que podemos hacerlo». El pan nuestro de cada día también son los robos que se producen en el tren. Según estos vigilantes «básicamente son móviles, ordenadores, tablets, etc. Sin olvidarnos de los carteristas que aparecen, especialmente durante los meses de más presencia turística».

Los actos de incivismo también están a la orden del día, como la pintada de grafitis, o la presencia de «bandas de jóvenes que se mueven con mucha facilidad de una población a otra y que en el tren molestan al resto de pasajeros, llegando incluso a amenazarlos».

 

Poca formación

Ante este panorama, estos dos vigilantes de seguridad también aprovechan para recordar que «la formación que tienen muchos de nuestros compañeros es escasa, y la empresa no hace nada al respecto, ni cursos de reciclaje, ni de formación, ni nada». Por todos estos motivos, estos dos trabajadores tienen muy claro que «el trabajo que hacemos, para nada, está pagado. Estamos haciendo en los trenes la labor que debería hacer la policía».

El Diari contactó ayer con la empresa de seguridad LPM para intentar conocer su opinión sobre las quejas de los trabajadores sin obtener respuesta.

 

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