Reus: por Reyes, los más pequeños llenan sus bolsas de caramelos e ilusión

Tras dejar la avioneta, Sus Majestades aterrizan este domingo 5 de enero, en el Parc de Sant Jordi, saludan a los niños y luego visitan a los del Hospital Sant Joan, donde reparten alegría y buenos deseos. Por la tarde, cabalgata y recogida de llaves

05 enero 2025 21:00 | Actualizado a 05 enero 2025 22:00
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Las familias de la ciudad de Reus son puntuales. Este domingo, 5 de enero, lo demostraron al estar, como un clavo, en la plaza de Anton Borrell, en el Parc de Sant Jordi de Reus. Todos estuvieron allí, dispuestos, para recibir a los Reyes Magos. La plaza se llenó unos 10 minutos antes de la hora convenida: las 16.30 horas. Preparados, pues, con todo tipo de bolsas –de plástico, de ropa e incluso mochilas– los más pequeños hicieron guardia para ver llegar a Sus Majestades, quienes los colmarían de caramelos de diferentes gustos minutos más tarde. Estaban previstas, además, repartir algo más de cuatro toneladas, con lo que nadie tenía que quedarse sin dulce.

Surcando los cielos, los Reyes acudieron a la cita en avioneta, como de costumbre y, una vez aterrizaron, llegaron en sendos carruajes, arrastrados estos por soberbios caballos. Saludos majestuosos de parte de Sus Majestades llenaron las memorias de todos los teléfonos móvil de los allí presentes.

Hechas las debidas formalidades y apretones de manos con las personalidades políticas reusenses, dos de los Reyes Magos tomaron la palabra. El primero en hacerlo fue Gaspar, quien, elocuente, deseó lo mejor a los niños y elogió la capital del Baix Camp: «Los de Reus, son gente valiente y creativa, que ayuda a los demás, ¡así sois también niños y niñas de Reus! Además tenéis tradiciones maravillosas, tenéis suerte de formar parte de una ciudad tan divertida y tan viva». Acabó su speech hablando del orgullo de ser reusense: «Sois el futuro de la ciudad y seguro que este será brillante, nunca dejéis de jugar y aprender». También expuso que habían recibido correctamente las cartas escritas por los niños, elaboradas «con mucho afecto y amor».

Acto seguido, un simpático Baltasar, con un discurso algo más breve, deseó un feliz año y se aseguró que los niños tuvieran preparada leche y galletas como detalle a la hora de entregar ellos los regalos. Con un sonoro «¡a mi!, ¡a mi!» repetido sin cesar, los niños abrieron luego sus bolsas y los Reyes, así como sus pajes e incluso las autoridades se pusieron a repartir caramelos. Las bolsas, además de dulces, estaban llenas, también, de mucha ilusión. Y es que por la tarde llegaría la cabalgata. Sin duda, el de ayer, fue un día ajetreado para Sus Majestades, ya que después de la recepción del mediodía acudieron a visitar a los niños que están en el Hospital Sant Joan de Reus y, ya por la tarde, los Reyes, cada uno en su carroza, acompañados de su séquito de pajes y música, llenaron de ritmo las calles. Éstas estuvieron repletas de gente, incluso más de uno optó por cazar caramelos al vuelo con paraguas desplegados. Para coger, cuantos más, mejor. Ya pasadas las 20 horas, los Reyes se hicieron con las llaves de la ciudad, para repartir como es debido todos los regalos.

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