La Costa Daurada y las Islas Canarias están, por primera vez, conectados directamente vía aérea. El jueves pasado, 1 de julio, la compañía canaria Binter estrenaba el enlace con voluntad de que se mantenga también en invierno. Así, el Aeropuerto de Reus tendrá vuelos domésticos durante todo el año, tras un 2020 muy complicado a raíz de la pandemia, con una caída de más del 90% de pasajeros.
A pesar de las dificultades del momento, el aeródromo reusense ha sumado esta temporada nuevas rutas que, además, son nacionales, recuperando así los vuelos estatales, que se perdieron en 2015 con la cancelación del Reus-Palma de Ryanair. Ahora, tres compañías ofrecen este tipo de vuelos: a finales de junio, Air Nostrum estrenaba enlace con Ibiza y Volotea, con Mallorca y Menorca. Finalmente, el 1 de julio debutaba Binter, que ofrece vuelos directos con Gran Canaria dos días a la semana –jueves y domingos–, además de ofrecer como destino final cualquiera de las islas del archipiélago sin costes adicionales aprovechando las rutas interinsulares en Canarias.
Esta es una nueva oportunidad para la Costa Daurada para atraer turistas de las islas, pero también un incentivo para la provincia. Y es que ahora se puede viajar a Canarias sin necesidad de desplazarse, por primera vez, hasta El Prat, «lo que facilita las cosas. Es mucho más práctico que ir a Barcelona. Así, ganas tiempo porque no tienes que desplazarte hasta El Prat y evitas también todas las colas», comentaba uno de los pasajeros del vuelo inaugural de Reus dirección Gran Canaria, el jueves pasado, a bordo de un Embraer E195-E2. Era uno de los cinco aviones de este modelo que la compañía Binter ha adquirido, con 132 asientos en clase única.
Las Islas Canarias, igual que la Costa Daurada, son conocidas por su buen clima y las playas, «pero ofrecemos muchísimo más», recuerda Selene Álvarez, guía turística en las islas, que añade: «Tenemos turismo de montaña, senderismo, volcanes, restos arqueológicos... Se puede disfrutar del presente, de la modernidad, y también del pasado, del mundo aborigen». La historia está marcada por su conquista durante el siglo XV, que finalizó en 1496, cuando se rinden los últimos nativos y las islas se incorporan a la Corona de Castilla. Esto marcará la historia y definirá la cultura, la lengua y la arquitectura, marcadamente colonial, con mucho colorido y balcones de madera. El archipiélago se convirtió en punto de escala e intercambios. Fundamentalmente confluyeron castellanos, andaluces y gallegos, que se mezclaron con los aborígenes que se sometieron, de origen bereber, y se crearon relaciones comerciales y migratorias con países como Cuba y Venezuela. Todo ello se suma a los «paisajes de ensueño». Centrándonos en Gran Canaria –la tercera isla del archipiélago en extensión y donde se ubica la capital, Las Palmas de Gran Canaria–, «hay microclimas, lo que da lugar a una gran variedad paisajística», recuerda Álvarez. Así pues, mientras que el sur de la isla es seco, con paisajes desérticos, el norte es más húmedo. Es en la mitad norte donde se encuentran parques naturales con pino canario y formaciones montañosas, destacando el Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas de Gran Canaria, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2019. Paisajes con grandes desniveles y cuencas, como la de Tejeda, en la que se esconden santuarios construidos por los aborígenes. Y es que este era un espacio sagrado.
En cambio, el sur es más árido, también con grandes formaciones geológicas, como las que se pueden ver en el Parque Natural de Pilancones. La costa sur destaca por extensas playas y calas, rodeadas de pequeñas poblaciones, como el Puerto de Mogán o Maspalomas. De este último núcleo destacan las dunas, protegidas como reserva natural especial.
El vino, en auge
Gastronómicamente, las Islas Canarias tienen una gran riqueza. Al más que conocido plátano se suma una gran variedad de quesos, con más de 300 tipos. También el ron es un destilado estrechamente vinculado a la cultura canaria, del que se deriva el ronmiel, bebida muy popular. Y, aunque quizás menos conocido, el vino canario juega en la actualidad un importante papel, en auge. «Hay una serie de factores que hacen del canario un vino único: el suelo volcánico y el clima, bastante soleado. Además, la filoxera no afectó a Canarias, por lo que hay cepas del siglo XVI», subraya Selene Álvarez.