De todo este proceso de reconstrucción pandémica que vivimos hay cosas que, para bien, han venido para quedarse. Una de ellas seguro que serán los Bons Reus. De una forma algo parecida lo admiten sus responsables, en esta ocasión, sin equivocarse. Y es que en sólo un día, los 40.000 nuevos vales (200.000€) puestos en circulación se han esfumado. Todo un récord para una campaña de promoción económica que beneficia tanto a los negocios como a los ciudadanos en los complicados tiempos actuales.
Otro indicativo que demuestra su éxito arrollador es que varios municipios ya han llamado a la puerta del Ayuntamiento para interesarse por el proyecto. En el ámbito estrictamente local también ha logrado poner de acuerdo a todo el comercio. Y eso sí que es para destacar, ya que ante campañas promocionales o grandes acontecimientos siempre han existido diferencias. Algunas, eso sí, más descarnadas que otras.
El último caso lo encontramos recientemente con la polémica vecinal y comercial por la peatonalización del arrabal Santa Anna. Pero para repasar una de las primeras y más controvertida nos tenemos que remontar tres décadas atrás con la llegada del hipermercado Pryca (ahora Carrefour) en la avenida Marià Fortuny. De hecho, el próximo mes de octubre se cumplirán 30 años de su apertura y de todo lo que la rodeó en un momento en el que se debatía sobre modelos comerciales.
La llegada del hipermercado generó una oposición de tal magnitud que hasta el entonces alcalde de Reus, Josep Abelló, durante su intervención en la inauguración no se refirió en ningún momento al complejo comercial «seguramente para evitar suspicacias entre otros comercios locales». Así fue recogido en la crónica del Diari al respecto de un acto que reunió a unas 1.800 personas. Igual de interesante resulta apreciar como uno de los más críticos con el proyecto fue la junta de la Unió de Botiguers y el que era su presidente, el actual alcalde Carles Pellicer. De hecho, algunas voces incluso vaticinaron el fin del comercio de la ciudad. Puntos de vista que, con la mirada actual, todavía palidecen con más fuerza. Y, por supuesto, nadie hubiera atinado a aventurar que unos 20 años después y a escasos metros de distancia abriría un complejo comercial de tamaño todavía superior.
La apertura de Pryca terminó con un primer día de ventas estratosférico. Unas 10.000 ventas, colas en todos los pasillos del centro comercial y «grandes embotellamientos a lo largo de la mayor parte del día en el cinturón de ronda» a pesar de tratarse de un miércoles.
La nueva calle Llovera
A los 30 años que cumple el Pryca también se suma este 2021 la efemérides de otro de los sucesos más controvertidos a nivel comercial. Se trata de la transformación de la calle Llovera, que cumple 15 años de su peatonalización conectando la plaza Llibertat con la plaza Prim. Aquella decisión, que ahora no generaría ninguna discusión, provocó un rechazo mayoritario entre los comerciantes de la ciudad, sobre todo por temas logísticos. Y aquí no terminó todo, ya que un año después seguiría una nueva tercera entrega de discrepancias con la construcción del centro comercial y residencial de El Pallol (2007). Grandes polémicas en su época que poco parecen importar a la llegada de la nueva era comercial, la digital.