Septiembre está a punto de empezar y los reusenses todavía desconocen si este año vivirán (y en caso afirmativo, cómo) la Festa Major de Misericòrdia. Otros años por estas fechas era cuando se presentaba oficialmente el cartel y el programa de actos. Pero esta vez, en medio de la pandemia y entre rebrotes que han aparecido antes de lo que algunos preveían inicialmente, nadie se aventura a afirmar nada.
Además, todo coincide justo en el momento en el que Reus se ha situado en el centro de las miradas, con un alto riesgo de rebrote y cribados masivos en distintas zonas de la ciudad. Lo explicaba esta semana tanto el secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, como el alcalde de Reus, Carles Pellicer: parece que el riesgo empieza a descender en la capital del Baix Camp tras tomar distintas medidas restrictivas. A pesar de todo, «todavía es demasiado pronto», también recordaba este viernes el concejal de Salut, Òscar Subirats.
Ante este panorama, desde el Ayuntamiento de Reus se niega, a día de hoy, a detallar nada referente a Misericòrdia. A pesar de todo, parece que, a priori, no se tira la toalla. Y es que según detallan las entidades del Seguici Festiu de Reus, estos días se están realizando reuniones entre consistorio y entidades para estudiar posibles opciones. Unos encuentros que dan continuidad a una primera reunión telemática ya celebrada a finales de julio, en la que el consistorio empezó a tantear el terreno y en la que se planteaba una línea parecida a la de Sant Pere: algunos actos telemáticos, manteniendo los actos litúrgicos, con aforo limitado y empleando todas las medidas de seguridad.
Ya en ese momento, se alzaron algunas voces muy críticas. «Lo dijimos entonces y lo volvemos ahora a repetir todavía más seguros: no toca. Es un ‘no’ rotundo a cualquier acto», dice contundente el Cap de Protocol del Lleó, Josep Lluís Rius. Recuerda que la situación actual de la pandemia del Covid-19 es más grave que en junio, por lo que se considera que sería una irresponsabilidad celebrar las fiestas. «No se tiene que tener miedo a decir ‘no’», añade Rius, quien no entiende por qué no se hace una apuesta firme en este sentido, «ya tendremos tiempo a celebrar otros Sant Pere y Misericòrdia».
Según detalla el Cap de Protocol del Lleó, habría una propuesta encima la mesa que sería exponer todos los elementos del Seguici Festiu de Reus a Cal Massó. Propuesta que tampoco ve correcta, «porque para llegar a Cal Massó, tendremos que salir en cercavila por la calle. La gente y los más pequeños lo querrán ver de cerca, como es natural, y esto no puede ser. Tenemos que evitar cualquier acto».
Por su parte, el presidente del Col·lectiu Reusenc d’Activitats Culturals (CRAC), Benjamí Gerich, detalla que restan a la espera del avance de la pandemia y también de las opciones del Ayuntamiento de Reus. «De momento, hasta el próximo día 7 de septiembre hay vigentes distintas restricciones en la ciudad. Cabrá esperar qué sucede entonces», dice Gerich, quien este viernes también restaba a la espera de reunirse con Cultura «y veremos qué opciones barajan».
A pesar de la incertidumbre, el presidente del Col·lectiu Reusenc d’Activitats Culturals admite que, si finalmente se hiciera algún acto o si actuasen, «¿para cuánta gente lo haríamos? La verdad es que sería raro actuar, pero sólo para un grupo reducido de personas... Por Sant Pere se optó por suspender las Tronades precisamente para evitar que se convirtieran en un acto que sólo pudieran vivir en directo unos pocos...», recuerda. En este sentido, remarca que «las fiestas son del pueblo y para el pueblo».
Otras entidades también se encuentran envueltas en la incertidumbre pensando, sobre todo, que de momento la ciudad está inmersa en restricciones exigentes hasta el próximo 7 de septiembre. Qué sucederá a partir de ese día podría ser, por lo tanto, clave para la Festa Major de Misericòrdia. Aun así, sería a solamente una semana del inicio de las fiestas. Ya que habitualmente el programa empieza la segunda semana de septiembre, llegando a su apogeo el día 25.
Lo que sí parece evidente es que se desvanece la propuesta que algunas de las entidades del Seguici Festiu de Reus proponían ante la descafeinada Festa Major de Sant Pere: la celebración de una gran Misericòrdia, convirtiéndola en una ‘Festa Major Gran’. «Misericòrdia tendrá que quedarse en algo parecido a lo que fue Sant Pere, aunque ahora estamos peor que en junio», opina el Cap de Protocol del Lleó, Josep Lluís Rius.
No se pueden reunir 10 personas
A nivel local, el Ayuntamiento impuso, la semana pasada, distintas restricciones con el fin de romper las cadenas de transmisión de la Covid-19. Por ejemplo, están prohibidas las reuniones de más de diez personas. Pero también cabe recordar que la celebración o no de Misericòrdia no únicamente dependerá de lo que suceda a nivel municipal, sino también a nivel territorial. Y es que cabe recordar que desde este sábado la prohibición de realizar reuniones de diez personas, tanto en el ámbito público como también el privado, se extiende a toda Catalunya durante 15 días. Se excluyen, de momento, las actividades laborales, las actividades de cultura, actos religiosos y el transporte público.
Otras medidas restrictivas tomadas desde el Ayuntamiento de Reus son el cierre de todos los equipamientos deportivos municipales, parques y zonas de juego infantiles. También se han aplazado las actividades culturales, de promoción de ciudad y lúdicas organizadas por el consistorio. Asimismo, hay restricciones de aforo a un máximo de un tercio en los autobuses municipales, en las salas de vela y el tanatorio. El cementerio se mantiene abierto. En cuanto a los equipamientos deportivos privados, se recomienda actuar en consecuencia, ante el riesgo alto de rebrote en la ciudad, aunque pueden seguir abiertos. En el caso de las visitas turísticas organizadas por operadores privados, no se autorizan las que supongan una concentración de personas.