La Generalitat estudia las necesidades de salud del Gaudí con su consultorio cerrado

El Departament de Salut comienza a analizar la población del barrio antes de decidir si reabre el dispensario, inoperativo desde 2020. Pacientes y vecinos exigen recuperar el servicio

22 marzo 2022 08:24 | Actualizado a 22 marzo 2022 12:57
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El Departament de Salut de la Generalitat ha empezado a llevar a cabo un análisis de la situación de la población del barrio Gaudí, que cuenta con casi 3.800 habitantes. El estudio es un paso previo para perfilar el futuro del consultorio médico de la zona, que cerró hace dos años con el estado de alarma por la Covid y no ha vuelto a registrar actividad. Fuentes de Salut indican al Diari que el análisis, que «ya está en marcha», aborda «las necesidades sociales y de salud» del vecindario, y concretan que la observación tiene en cuenta «aspectos cuantitativos y cualitativos» y que «a partir de los resultados, se decidirán las acciones a ejecutar».

La Associació de Veïns del barri Gaudí y pacientes que se trataban en el consultorio vienen reclamando reiteradamente, desde hace meses, la reapertura de este servicio que hasta 2020 «atendía a bastantes personas, sobre todo mayores, que lo tienen muy complicado para desplazarse fuera de aquí». Temen que los planes de la Generalitat para el dispensario pasen por «quitárnoslo definitivamente».

La alternativa que les ha quedado a muchos para visitarse con el médico de cabecera es, ahora, acudir al CAP Llibertat, que se encuentra a unos 1,5 kilómetros de distancia. En este sentido, Salut sostiene que «la atención asistencial del barrio Gaudí está garantizada, tanto en cuanto a servicios de pediatría como de adultos, urgente y programada, en el CAP Llibertat», y asegura que «desde el CAP se hace también atención domiciliaria». Los vecinos denuncian que no todo el que la necesita la está recibiendo puntualmente.

«La atención aguda también está garantizada con el CUAP de Reus, que funciona las 24 horas todos los días del año», especifica el Departament, que concluye que «la Regió Sanitària y el Ayuntamiento mantienen conversaciones para el futuro del consultorio». La situación ha aumentado la presión sobre la farmacia de la avenida de Barcelona, a la que se dirigen algunos en busca de remedios cuando no pueden recorrer la distancia –o subirse al autobús municipal– desde el barrio al CAP Llibertat.

Hace poco, justo en diciembre de 2021, el local fue vandalizado: coincidiendo con el puente de la Purísima, el consultorio sufrió un asalto, al parecer, con el objetivo de sustraer material que pudiera haber en su interior. El acceso a las instalaciones fue reventado y la puerta de cristal permaneció rota durante días, con vidrios en el suelo y cubierta por precinto de la Guàrdia Urbana de Reus. Dentro se puede ver aún gran cantidad de cristales esparcidos por el suelo.

«Queremos saber qué va a pasar»

Al frente de la Associació de Veïns del barri Gaudí, su presidenta, Maria del Mar Escoda, se queja de que, a estas alturas, «no sabemos si el consultorio va a reabrir o no» y expresa que «nosotros no decimos que tenga que recibir pacientes cada día, ni que esté para todos, pero sí decimos que tiene que abrir». «No me sirve de mucho que aseguren que se está haciendo atención domiciliaria porque no se está haciendo a todo el mundo», añade, y recuerda que el dispensario «se ubicó en el barrio por alguna cosa, porque hacía falta, y sigue haciendo falta hoy». La entidad vecinal quiere que Salut «explique a los vecinos, en una reunión abierta, lo que está pasando y lo que pretenden hacer, y que no se nos engañe porque hace mucho tiempo que esperamos, no se nos está apoyando y ya llevamos encima mucho malestar».

«En esta zona vive mucha gente y el consultorio es muy necesario», explica Fernando Vázquez, un vecino del barrio Gaudí, que admite que «incluso a mí mismo me iría muy bien tener el médico aquí, y mucho más para los mayores; es importante disponer de este servicio cerca». Otro residente de esta área, Antonio Colás, cuenta que «yo, antes de todo esto del coronavirus, iba al consultorio, que me queda aquí al lado de casa, pero ahora tengo que ir al CAP Llibertat y allí me han dicho que esto ya no va a volver a abrir porque es muy pequeño». «Para llegar a la Llibertat tengo que coger varios buses: primero hacia la plaza de las Oques y después al CAP», lamenta.

«Yo querría que el consultorio abriese porque está cerca y da seguridad ante cualquier emergencia para la gente que no tiene cómo moverse o es mayor», apunta Mari Carrasco, una paciente a la que han derivado a visitarse al centro de la ciudad. La vecina dice que, en estos dos últimos años, «solo he ido una vez al CAP Llibertat». «Trato de evitarlo porque no tengo coche, trabajo a jornada partida y tengo dos horas al mediodía y, en ese tiempo, es todo un lío para ir allí y luego volver», expone. También pide la reapertura Miquel Cabacés, que solo lleva un año en el Gaudí pero opina que el dispensario «es un servicio de atención médica y sería una mejora para el barrio en general». El escenario es más difícil para Cristina García, que no oye y comenta que «cuando tenía el consultorio abierto, iba y enseñaba la documentación o escribía y me explicaba, pero ahora mis hijos tienen que llamar al CAP Llibertat por mí y a veces no contesta nadie al teléfono».

Transbordo para ir en bus al CUAP

Las obras en el puente del barrio Gaudí provocan también cambios en el recorrido de la Línea 10 del autobús municipal. Ahora, para ir al CUAP Sant Pere hay que bajarse en la parada Oques 2 y hacer transbordo a Oques 3 para coger la Línea 30 o la 31. A los vecinos les preocupa que esto genere problemas de movilidad a la hora de acudir al médico.

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