‘Reus 1900. Festa Modernista’ lleva la ciudad, desde mañana y hasta el domingo, de regreso a sus años de máximo esplendor. La segunda edición de la cita ofrece 70 propuestas con 200 pases –prácticamente el triple que en 2023, cuando alcanzó los 10.000 visitantes– que abarcan visitas a patrimonio, recreaciones históricas, rutas de calle, talleres, exposiciones, actividades familiares y experiencias gastronómicas.
Y se expande más allá del Mercadal, a la plaza Prim y las calles del núcleo. En el centro de todo ello, el comercio. Reus se transforma durante este viaje total hacia su época de máxima ebullición, de la que aún conserva negocios y un prestigio histórico. El Diari habla con algunos de sus protagonistas.
La Fàbrica de Ceràmiques de Hipòlit Monseny, en la calle Colón, abre al público por primera vez desde que cesó la actividad, hace dos décadas. Es una de las joyas de la programación de esta ‘Reus 1900. Festa Modernista’. La industria, que incluye vivienda, la inauguraron en 1850 los antepasados del actual propietario, aunque su gran eclosión se produjo algo más adelante. Quien se acerque a ella «entrará en una casa de 1800 que apenas se ha modificado», apunta Monseny.
La trayectoria de la fábrica estuvo marcada por la «decoración de casas de lujo, que trajo el salto de la alfarería a la cerámica», los «depósitos para la conservación de aceite» y, en su último tramo, «la restauración de aquellas viviendas que habían heredado los nietos y que querían conservar».
La sala de moldes, los hornos árabes, el almacén para el combustible, el laboratorio, la tienda y hasta la pizarra de comandas se mantienen casi intactos en los cerca de 4.000 metros cuadrados que ocupa el complejo.
Espectáculos y píldoras teatrales
En el gran icono del modernismo que es la Casa Navàs, en la trastienda que «aún no se ha visto nunca», Irene Benavent despliega el espectáculo teatral Entre teles, del cual es creadora y directora, con nueve actores en directo, once en total. «Nos situamos en 1908 y es un día completo en la tienda, desde una mañana hasta la siguiente, y explicamos todo lo que ocurre allí», comenta.
Las figuras del aprendiz, el dependiente, el encargado y una clienta toman relevancia en el relato, que tiene en cuenta la importancia de la mujer y refleja, también, la diferencia entre clases. Las músicas son de compositoras de la época y hay elementos originales que forman parte del atrezzo.
Y el escritor Antoni Veciana firma varias píldoras teatrales que desarrollarán las compañías Bravium Teatre, Germandat de Sant Isidre i Santa Llúcia, Orfeó Reusenc y TEBAC. «En ellas se retratan distintas situaciones del Reus modernista, desde todas las clases sociales y, a la vez, yendo de la comedia más alocada hasta el drama social». Las piezas guardan relación con «el comercio, la industria y la actividad económica. A última hora, eso está siempre vinculado a las pasiones humanas».
Pero Veciana también ha elaborado, junto a Ester Cort, las bases de Balconades per veure i ser vistos, espectáculo teatral a cargo de La Gata Borda en la Casa Gasull, donde, «todavía se percibe el olor a aceite». «Aunque en la casa piensan que las cosas deben fluir como el aceite, quizá hay quien cree que no deben ser tan ordenadas», avanza el escritor. Y Cort, coautora, añade que, en el recorrido, «apetecía hablar de la parte social. La pretensión es que uno salga de allí sabiendo un poco más sobre la familia Gasull y sobre la época».
«Queremos repetir»
‘Reus 1900. Festa Modernista’ lo impulsan la Casa Navàs y el Ayuntamiento de Reus. «Reus es una ciudad con una gran base patrimonial que no siempre se exhibe lo suficiente. Es una gran cosa, por ejemplo, haber podido abrir el taller de Hipòlit Monseny, que fue uno de los más importantes en Catalunya y donde se hicieron cerámicas de los edificios más importantes de Reus y Barcelona», apunta la directora de la Casa Navàs, Sílvia Sagalà.
La concejala de Promoció, Noemí Llauradó, destaca que esta debe ser la «consolidación» de una «fiesta que iniciamos el año pasado y que queremos repetir en los próximos años».