El impacto de la llegada de La Fira Centre Comercial en la ciudad tendrá, seguro, muchos análisis posibles en los próximos meses. Uno de ellos, no obstante, ya es constatable actualmente como una realidad. Se trata de la importante revitalización que la apertura del complejo ha representado para la avenida Sant Jordi y que van más allá de las mejoras en la vía pública. Y es que según los propios implicados, el equipamiento ha representado un impulso tanto a nivel comercial como de restauración de la zona.
Buena muestra de ello es que en la céntrica avenida se han abierto nuevo negocios. Uno de los que abrió a finales del año pasado es la frutería y verdulería L’Hort de la padrina. Desde este negocio familiar se muestran satisfechos del resultado final de todas las obras y aseguran que desde la puesta en marcha del centro comercial el volumen de peatones que circulan por la avenida ha aumentado de forma exponencial. «Pasa mucha más gente que antes», señalan, sin dejar de apuntar que el flujo más importante se produce por las tardes y, sobre todo, los viernes y sábados.
Una buena muestra de la revitalización que ha experimentado la avenida Sant Jordi convirtiéndose en otra zona comercial alejada del centro de la ciudad se demuestra, también, en la ausencia de locales vacíos. En una zona en la que las aperturas y cierres de negocios ha sido siempre bastante notoria, sobre todo en los locales pertenecientes al amplio edificio Reus Park, ahora la realidad es bien distinta.
Pero no solo las tiendas se han convertido en un escaparate ante la mayor afluencia de peatones, también bares y restaurantes han aumentado su clientela. Asimismo los destacan los restauradores de la zona, los cuales lo concentran en las horas punta. De hecho, este incremento ya fue muy notorio durante la construcción del complejo comercial por la presencia de los operarios –alrededor de los 400– que trabajaban en las obras. Ahora, no obstante, explican que el perfil ha variado un poco con una mayor presencia tanto de usuarios como de empleados de las tiendas de La Fira. Según datos facilitados por Metrovacesa, en el centro comercial trabajan unas 600 personas.
Entre el sector de la restauración también ha experimentado un incremento de ventas, especialmente los sábados, la churrería Xavi situada estratégicamente a medio camino (a la altura de la plaza Anton Borrell) entre la plaza Llibertat y el centro comercial. Edu, responsable del negocio, explica que «el primer fin de semana y la primera semana de apertura de la Fira tuvimos muchísimo trabajo, aunque ahora, entre semana, seguimos igual de flojos que antes de la Fira. Eso sí, los sábados, sobre todo por las tardes, sí que hemos notado un aumento de clientes». No obstante, apunta que «la acera buena es la que toca al Parc de Sant Jordi y nosotros estamos enfrente. Además, a la avenida le hace falta un poco más de luz porque queda muy oscura».