Hace justo 15 años, José López (Málaga, 1975) se instaló en Reus gracias a las oposiciones que aprobó en Catalunya. Había cursado la licenciatura de Historia y se lanzó a la aventura lejos de su zona de influencia. Eligió la capital del Baix Camp, donde ha logrado ejercer en dos centros de formación, primero en el Gabriel Ferraté y desde 2009 en el Domènech i Muntaner, donde imparte clases sobre Geografía e Historia, también conocida como Ciencias Sociales.
La particularidad del protagonista es que ha conseguido llevar su discapacidad visual a la máxima normalidad. En el aula trata solo con sus alumnos sin ninguna ayuda exterior. «Solo me echa una mano un profesor de guardia en los exámenes, básicamente para que no copien mucho», reflexiona López, que ofrece magisterio a alumnos de entre 11 y 17 años, quizás el intervalo de edad más complejo.
Hago mis clases solo, sin la ayuda de ningún otro profesor. Solo hay uno de guardia en los exámenesResidente en el tradicional barrio Niloga, en la parte de alta de la ciudad, no pide a sus alumnos un trato especial para él. «A los que no les interesa la clase, la boicotean, pero lo hacen conmigo y con el resto de maestros compañeros. Sí noto en los que están implicados, solidaridad por su parte», admite. Naturalizar su día a día se ha convertido en el gran éxito de este docente apasionado también por el deporte. «Intento actuar con toda naturalidad cuando me encuentro en el aula con mis alumnos, no me siento especial ni que ellos me consideren así. Creo que en parte lo he conseguido», reflexiona.
Esa vocación por la enseñanza no le ha impedido practicar su deporte favorito y, además, a buen nivel. Acumula más de 27 años de carrera en el fútbol sala para ciegos. La pasión por el balón prácticamente la lleva en los genes. También su capacidad para el gol. Acumula pichichis y tres Juegos Paralímpicos con la selección española. Ha militado en dos equipos, en el de la ONCE de Alicante y ahora en el de la ONCE de Tarragona.
Los Juegos
Los Juegos de Barcelona (1992) significaron mucho para José. Por aquel entonces, el fútbol sala todavía no había entrado dentro de la nómina de deportes aceptados en los Paralímpicos, aunque sí se disputaron dos partidos de exhibición. Con apenas 16 años, López fue citado por el seleccionador en aquella época, Carlos Campos. Allí empezó su idilio con el combinado nacional.
El palmarés en los Juegos Paralímpicos resulta brillante. Dos medallas de bronce en Atenas (2004) y Londres (2012) y un cuarto puesto en Pekín (2008). Además, ha ganado cinco campeonatos de Europa y una medalla de plata en el Mundial de Río de Janeiro, donde España cayó en la gran final ante Argentina en la prórroga. «Es un recuerdo agridulce porque tuvimos cerca el oro. Por otro lado, participar en unos Juegos es algo único e irrepetible». Después de Londres, José López tomó la decisión de poner punto y final a su trayectoria en la decisión. «Lo dejé por un tema familiar».
Dejé la selección en los Paralímpicos de Londres por una cuestión familiar, Estar en unos Juegos es algo únicoSu sello más distintivo como futbolista se relaciona con el gol. Ha logrado hasta en ocho ocasiones el título de pichichi en campeonatos de España con sus respectivos equipos. También lo ha alcanzado en campeonatos de Europa y Mundiales.
El presente de José López mantiene esa relación entre las aulas y el balón, aunque desde un prisma menos exigente a nivel deportivo. Eso sí, su esencia vital conserva el entusiasmo.