El final de las obras de Metrovacesa desborda bares, restaurantes y fondas

Los negocios del entorno del complejo comercial reciben un aluvión de operarios en las horas punta de los desayunos y las comidas

19 mayo 2017 21:30 | Actualizado a 22 mayo 2017 12:11
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Los 400 operarios que están trabajando en las obras del futuro centro comercial de Metrovacesa se han convertido en la gallina de los huevos de oro para los restaurantes, bares y hostales del alrededor de la infraestructura que tiene prevista su apertura en menos de un mes.

De nueve a diez de la mañana, el ritmo en cualquier bar de la zona es frenético. No hay ni mesas ni sillas vacías, los bocatas y cafés van que vuelan y los bares están teñidos del amarillo fosforito de los chalecos de los trabajadores. Los clientes habituales de estos bares ya no pueden poner los pies en estos establecimientos, principalmente, en las horas puntas. «Es una auténtica locura», comentaba Rubén Moreno, el hijo del propietario del mítico bar Olympic, ubicado en la calle Antoni Gaudí. No solamente sirven desayunos sin parar sino que de dos a tres del mediodía la historia se repite. «Hemos triplicado los menús de 9 euros”» añadía. Habitualmente, servían alrededor de 15 y durante el último mes asegura que llegan a servir 50 diariamente.

Cuando los cientos de operarios tienen su tiempo de descanso se reparten por las calles más cercanas y en la avenida Sant Jordi, la situación es exactamente la misma. En la Sandvitxeria, otro de los clásicos de la zona, han duplicado la cifra de menús de 10’50 euros. «Desde las últimas tres semanas, servimos 40 menús cada día», afirmaba Jordi Martín, el propietario. A pesar de que los beneficios del negocio han incrementado, los restauradores lamentan que el trabajo intenso se concentra únicamente en dos horas, la del desayuno y la comida y la situación supera a todos los locales. «Estamos desbordados», contaba Martín.

 

Problemas

Aseguran que tienen verdaderos problemas para atender el gran volumen de gente y algunos para hacer frente a esta situación han ampliado, incluso, la plantilla como el Bar Olympic que ha pasado de los dos camareros habituales a los tres para la franja de la mañana y los cinco para atender los almuerzos. «Y aun así vamos de cabeza», apuntaba Moreno. Pero cada bar tiene su estrategia para dar cobertura a esta nueva masa de clientes y otros han optado por tenerlo todo a punto minutos antes. Este el caso del Bar Gran Petit, situado también en la calle Antoni Gaudí. Su propietario, Gonzalo Muriel, contaba que sólo sirven desayunos y se apresuran a tener preparados unos 20 bocatas antes que llegue el aluvión de clientes que, según cuenta, no tienen mucha paciencia. De hecho, los desayunos no son precisamente de un mini de jamón y un cortado sino que sirven bocatas de bacon o tortilla, entre otros, café e incluso copa. Pero a pesar de ello, Muriel lamenta que «los clientes de toda la vida no tengan mesa».

 

Habitaciones ocupadas

Quienes también se han beneficiado de los 400 operarios que trabajan en Reus son los hostales como la pequeña Fonda Suiza de la calle Ample, la cual desde setiembre tiene todas sus 14 habitaciones ocupadas por estos trabajadores. «En esta época no lo tendríamos lleno si no fuera por ellos», aseguraba Dina Vida, la nueva propietaria desde el enero pasado. Además, muchos efectúan la reserva con pensión completa y según Vida cada semana le faltan habitaciones para hacer frente a la demanda que tiene. Otros establecimientos como el Hostal Oklahoma también se ha beneficiado de estos clientes que incluso se quedan los fines de semana (principalmente los que provienen de más lejos como Madrid, Toledo, Galicia o Portugal).

Pero esta alegría tiene fecha de caducidad. El próximo día 6 de noviembre, la Fira Centre Comercial abrirá sus puertas y con los operarios se irá esta fuente de ingresos para la ciudad que ha durado poco más de un mes. No obstante, los bares y restaurantes esperan también nutrirse de los futuros trabajadores del centro comercial. «Esperamos que la gente que trabaje en los locales salgan a comer por la zona y que lo hagan de forma gradual», explicaba Martín de La Sandvitxeria.

En cualquier caso, habrá que esperar para saber cómo influye la gigante infraestructura comercial en la construcción de una posible nueva centralidad alrededor de La Fira Centre Comercial.

 

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