Las obras de adecuación del edificio que acogerá el futuro Centre Social El Roser, en Reus, siguen avanzando y, paralelamente, también lo hace su futura gestión. En este sentido, el Ayuntamiento está iniciando los trámites para crear los servicios municipales de alimentación y alojamiento temporal que ofrecerá este nuevo equipamiento, ubicado en la antigua prisión –en la entrada de Reus por la carretera de Montblanc– y que se prevé que entre en funcionamiento a principios del próximo año 2022. «Vamos con retraso, pero se han dado una serie de circunstancias», recuerda la concejala de Benestar Social, Montserrat Vilella, haciendo referencia a la Covid-19. Ambos servicios supondrán un gasto municipal anual de 844.000 euros, «500.000 más que lo invertido actualmente», subrayó la concejala. Todo ello se suma a los más de 2 millones de euros presupuestados para las obras de adecuación del edificio.
El paso definitivo hacia la creación de los servicios municipales de alimentación y alojamiento se dará este viernes en el pleno del Ayuntamiento, donde el equipo de gobierno lo llevará a votación. Como detalla Vilella, el siguiente paso será iniciar la licitación de ambos servicios con el fin de adjudicar su gestión. En el caso del servicio de alimentación, irá dirigido a empresas que sean de inserción sociolaboral, mientras que en el alojamiento temporal, la experiencia en la acción social.
Paralelamente, cabe destacar que la puesta en marcha de los nuevos servicios significarán la creación de 24 puestos de trabajo: nueve para el comedor local; cuatro para la despensa social y once en el servicio de alojamiento.
Una mejora del servicio
El nuevo equipamiento supondrá el traslado del actual comedor social –ahora ubicado en la calle de Francesc Bartrina– a las nuevas instalaciones, «ganando en cantidad, calidad y con mayor capacidad de reacción en momentos puntuales», subraya Montserrat Vilella. El Centre Social El Roser también significará para la ciudad sumar un nuevo servicio: el de alojamiento temporal, con capacidad para 16 personas gracias a dos salas con ocho plazas cada una. Se trabajarán dos líneas: por un lado, un servicio para situaciones de urgencia (como familias afectadas por un incendio, derrumbe de una vivienda...) y por otro, servicio de residencia temporal a personas adultas en situación de exclusión social (personas sin condiciones sociofamiliares para permanecer en su vivienda o que no disponen de una, como los sintecho). En ambos casos se ofrecerá alojamiento, manutención, servicio de acogida, apoyo social y servicio de duchas y lavandería.
En cuanto a los servicios de alimentación, incluirán comedor social (comidas presenciales, para llevar y a domicilio), despensa social (punto de distribución de alimentos y entrega de la cesta básica de alimentos y complementos) y servicio de cafetería, abierta a toda la ciudadanía, «buscando la inclusión y la desestigmatización», comenta la concejala. Vilella señala que las nuevas instalaciones permitirán ampliar el actual servicio, actualmente al límite, por lo que «se dará respuesta a la actual demanda y a posibles repuntes». A modo de ejemplo, el comedor social sirvió en 2020 51.343 comidas, mientras que en 2010 fueron 10.062.