El Ayuntamiento de Reus ha dicho basta y derruirá la antigua fábrica de biodiésel Bionet Europa S. L. que se encuentra en el polígono AgroReus. Actuará de forma subsidiaria y con la voluntad de poner fin a la polémica que arrastra esta instalación abandonada en avanzado estado de degradación.
Fuentes municipales explican que el proceso se había iniciado en varias ocasiones en los últimos años pero que la empresa «ha hecho caso omiso a todos los requerimientos». Incluso el que, a principios de 2016, hizo para la limpieza de las instalaciones y retirada de los residuos de los dépositos por «los posibles riesgos medioambientales y para la seguridad de las personas».
No hay que olvidar que durante los últimos años la planta se ha incendiado tres veces afectando los grandes depósitos que todavía guardan restos de combustible y ante la preocupación de los empresarios del propio polígono. Fue a raíz de estos episodios que ténicos del consistorio empezaron a visitar de forma periódica las instalaciones para evaluar los riegos.
A diferencia de las otras ocaciones, la mismas fuentes señalan que ya se está trabajando en la tramitación administrativa de unas obras que se encargarán «de retirar todas las estructuras y equipos metálicos y la retirada de los residuos acumulados en el interior del solar». Posteriormente, los residuos serán tratados por gestores autorizados. Todo este proceso tendrá un coste aproximado para las arcas municipales de unos 200.000 euros que serán reportados a la empresa para que asuma los gastos.
La antigua fábrica Bionet Europa S.L. lleva cerrada desde el 2012 y se encuentra entre las calles Adrià Gual, Santiago Rusiñol y Rovira i Virgili del polígono AgroReus. De los tres incendios registrados, el último sucedió en julio de 2017 y quemó parte de los depósitos abandonados después de que unos desconocidos intentaran robar parte el material que cubre algunas de las grandes cisternas. El fuego generó una densa humareda de color negro que se apreció desde distintos puntos de la ciudad.
Desaparece la valla perimetral
Más allá de los episodios relacionados con el fuego, la realidad es que la antigua planta de biodiésel se ha convertido en un foco de suciedad y de actos vandálicos. El último ha tenido lugar recientemente con la desaparición, seguramente por robo, de la valla perimetral que cerraba el local.
A pesar de que su ausencia no aumente el riego desde el punto de vista medioamenbiental sí que puede representar un peligro para la seguridad de las personas. Por este motivo, «el Ayuntamiento requerirá a la propiedad que ejecute el cierre de las instalaciones» y no descarta actuar también de manera subsidiaria una vez finalizada la actuación de desmantelamiento.