Las persianas bajadas, los «se alquila» y los carteles de «liquidación por cierre» se acumulan actualmente en las calles comerciales de Reus. Una crisis que, lejos de desaparecer, se agrava. Las calles Llovera y Monterols, la principal arteria comercial de la capital del Baix Camp, tampoco se salvan de la rotación de constantes cierres y aperturas de todo tipo de tiendas.
El Diari ha contabilizado un total de seis locales totalmente cerrados en esta zona. A esta cifra deben sumarse dos tiendas que están en liquidación por cierre. Es el caso de la emblemática Sastreria Queralt, en el número 35 de la calle Monterols, que después de 110 años de historia bajará la persiana por falta de relevo familiar a final de mes; y la zapatería Ferreres, en la calle Llovera. En este último caso, la actividad continuará, pero bajo otra marca.
«No basta con abrir una tienda. Nos tenemos que profesionalizar y estudiar el mercado», Gemma Molner, Presidenta del Tomb de ReusLas calles Monterols y Llovera parecían un fortín, en comparación con el Tomb de Ravals –donde el continuo cierre de comercios golpea esta zona emblemática de la ciudad–, pero los movimientos comerciales también se están produciendo en la zona más céntrica de Reus y la preocupación de los comerciantes va en aumento. Quizás en poco tiempo estos locales vacíos volverán a tener inquilinos, pero, ¿por cuánto tiempo? «Pasa mucha gente por la calle, esto no se puede negar, pero se ven muy pocas bolsas», apunta Mary Markova desde la tienda de ropa ITM, en la calle Monterols.
Señala que, a raíz de la apertura del centro comercial, «la clientela se ha dispersado». «Compran en La Fira y después vienen al centro, pero a tomar un café», añade. En su opinión, los precios de los alquileres son «desorbitados» y cree que «únicamente podrán aguantar las franquicias, que son las que cuentan con un respaldo económico», argumenta.
«El bolsillo de los ciudadanos aún está resentido. Además, hay exceso de oferta en la ciudad», Àlfred Pitarch, Presidente Unió de BotiguersDesde la calle Llovera, Gemma Molner, presidenta del Tomb de Reus y propietaria de la tienda de ropa Xarol, dice que la situación comercial de Reus «no mejora». «Antes de abrir un negocio, la gente se lo piensa mucho porque supone una inversión muy fuerte», explica Molner. Señala los altos precios del alquiler como una de las principales trabas con las que tienen que lidiar los emprendedores. «Parece que algunos propietarios apuestan por rebajar los precios, pero se trata de una rebaja que se está haciendo muy despacio», añade. La presidenta del Tomb de Reus también pone deberes a los comerciantes: «No basta con abrir una tienda. Nos tenemos que profesionalizar, estudiar el mercado, ver qué oferta hay actualmente, crear incentivos…», enumera.
«Pasa mucha gente por la calle, pero se ven pocas bolsas. La compra la hacen en La Fira», Mary Markova, Tienda ITMPor parte de la Unió de Botiguers, su presidente, Àlfred Pitarch, subraya que ya hace 10 años que el comercio está «luchando» contra una situación de crisis que admite que se está alargando demasiado. «Hay una rotación constante», afirma. En su opinión, la situación se da por tres motivos principales: el bolsillo de los ciudadanos aún está resentido por la crisis, el exceso de oferta por la apertura de La Fira y el crecimiento de Internet.
Agonía en el Raval de Jesús
La situación empeora en el Raval de Jesús, donde se acumulan 10 locales cerrados en únicamente 200 metros. El cierre del Zara perjudicó. En su lugar abrió el pasado mes de agosto Intersport. Los comercios de la zona tenían esperanzas de que la nueva apertura ayudara a repuntar el Raval de Jesús, «pero no se ha notado nada», asegura Maria Barragán, de la tienda Coquetas, especializada en vestidos para ceremonias. «Transita poca gente por esta calle. Hay quien entra, mira... pero no compran», explica Barragán, quien asegura que es difícil sobrevivir pagando un alquiler de 2.500 euros. Desde otra tienda del Raval de Jesús, Natàlia Álvarez, dependienta de Floc Baby, subraya que, en su caso, el negocio funciona, pero está de acuerdo en señalar que la situación comercial es difícil en la ciudad.
«La apertura de Intersport no la hemos notado. Es difícil sobrevivir con los alquileres que hay», Maria Barragán, Tienda Coquetas
Por su lado, Toni Castro, de Intersport, asegura que están cumpliendo con las expectativas. «Tenemos un medidor del tráfico de gente que cada día pasa por delante de nuestra tienda y esto nos da herramientas para poder corregir detalles», explica. Bajo su punto de vista, faltan estrategias de ciudad. «Quizá las tiendas deben plantearse cuestiones como la necesidad de abrir los mediodías», concluye Castro.