Los bloques de pisos del barrio Fortuny de Reus serán sometidos a un ‘lavado de cara’ en breve. El Ayuntamiento tiene presupuestados 1.388.690 euros para 2024 para mejorar la calidad de las viviendas. Concretamente, se plantea una actuación integral, con mejoras de la eficiencia energética de los edificios y de accesibilidad, con la instalación de ascensores. También se trabajaría la habitabilidad y la mejora de la urbanización.
El alcance de la actuación, es decir, cuántos bloques podrán ser intervenidos, aún está por determinar. Y es que, como señalan fuentes municipales consultadas, dependerá de la dotación económica que obtenga el Ayuntamiento de Reus de los fondos europeos Next Generation, a través de las distintas líneas de subvenciones abiertas por la Agència de l’Habitatge de Catalunya. Concretamente, la intervención del barrio Fortuny se enmarca en el proyecto Entorns Residencials de Rehabilitació Programada, de la Generalitat. Un total de 38 municipios catalanes fueron seleccionados, entre los cuales Reus.
«Es la mejor oportunidad que tenemos para reactivar el barrio», exclama la presidenta de la Associació de Veïns del Barri Fortuny, Cori Balanyà. También lo celebra Pepita Roig, al frente de la Associació de Veïns Amics del Barri Fortuny, aunque recuerda que el proyecto depende de los Next Generation. Aun así, ambas tienen buenas expectativas y creen que si los bloques se ponen al día, el barrio será revalorizado.
Hace un par de semanas ya mantuvieron una reunión con el consistorio donde fue expuesto el proyecto. «Se trataría de cambiar ventanas, poner ascensores por la parte externa del edificio y renovar las bajantes de la red de saneamiento», apunta Balanyà.
La presidenta vecinal recuerda que los bloques del barrio «son antiguos, de más de 50 años, y hay algunos de muy deteriorados que incluso han estado al borde de ser precintados» por su mal estado. De hecho, el Pla Local d’Habitatge de Reus 2022-2027 recoge que en el barrio Fortuny hay más de 200 viviendas en condiciones regulares. Para Balanyà, «falta implicación» por parte de algunas comunidades. «En algunos bloques, no están ni constituidas», añade. El resultado es que los desperfectos no se solventan a tiempo y las viviendas son, cada vez, más insalubres.
Para Balanyà, el proyecto ayudaría a sacar partido a un barrio «muy bien ubicado, con todo tipo de servicios y equipamientos, con escuelas, institutos, guarderías, un CAP, el hospital, el Mercat del Carrilet cerca y, en breve, la nueva estación ferroviaria de Bellissens». «Los pisos son totalmente exteriores, con hasta cuatro habitaciones, y podrían ser una buena opción para estudiantes porque tenemos la URV cerca», añade Balanyà, para quien la clave del futuro del barrio está en «conseguir atraer a los jóvenes».
De hecho, el Ayuntamiento de Reus ha escogido el barrio Fortuny para impulsar este proyecto a partir de varios criterios, entre ellos: «La configuración socioeconómica del barrio, el proceso de deterioro urbanístico y de los edificios residenciales de la zona y el encaje del barrio con los proyectos de crecimiento de la ciudad hacia el sur», señalan fuentes consultadas.
Aunque el proyecto es muy bien valorado por parte del vecindario, «todavía nos faltan por conocer los detalles», señala la presidenta de la Associació de Veïns Amics del Barri Fortuny, Pepita Roig. También recuerda que, años atrás, ya hubo un intento para impulsar la instalación de ascensores en los bloques «y al final no salió adelante porque había vecinos que no querían pagar» y teme que ahora pueda suceder algo similar.
Sobre esta cuestión, aunque todavía está por determinar la dotación económica de los Next Generation, el consistorio espera que sea un cofinanciamiento del 50%, aproximadamente, y que el vecindario asuma «una proporción muy reducida, adaptada al perfil socioeconómico de la población del barrio». Por su lado, el Ayuntamiento de Reus actuará como agente rehabilitador y, como tal, será por delegación de los propietarios y asumirá el grueso del gasto.
A la espera de que llegue el financiamiento necesario para poner en marcha este proyecto integral, algunas comunidades de vecinos ya han ido actuando por su propia cuenta. Es el caso del bloque 17, con Emilio Velázquez al frente. Ahora mismo, están acabando los trabajo de rehabilitación de la fachada, «pero previamente arreglamos el tejado, cambiamos la batería del agua, hemos cambiado los porteros automáticos y, ahora, queremos renovar la red de saneamiento», explica el presidente de la comunidad, que también aplaude que el consistorio tenga la voluntad de invertir en el barrio.
