Al menos 88 familias se beneficiarán del plan de rehabilitación de viviendas que el gobierno municipal impulsa en el barrio Fortuny. Son las que habitan la decena de bloques antiguos que han quedado incluidos de inicio en este proyecto, que prevé culminar en 2026.
Los edificios tendrán los primeros ascensores exteriores de Reus, con pasarelas de acceso a cada planta, y estrenarán sistemas de ahorro energético. «Hace 12 años que nos instalamos aquí. Nos gustaba la zona. Pero subir a casa con la compra o los carritos de los niños es difícil, y también lo es para las personas mayores», explica al Diari Laila Bentouil, que reside en la Glorieta de Galícia.
En concreto, las mejoras se aplicarán a los números 61, 63 y 69 de la avenida de Salou; el 3 y el 14 de la glorieta de Galícia; el 6 de la calle Extremadura; el número 1 de la calle València; el 27 del pasaje Quer; el 1 de la calle Astúries y el número 10 de la glorieta de Canàries.
El consistorio destina a los arreglos 1,3 millones del Plan de Inversiones 2024 –la actuación será plurianual– y está pendiente de acotar la disponibilidad de fondos para definir si amplía el alcance a otros puntos. Las obras se apoyan en Next Generation y contarán con cofinanciación vecinal atendiendo al perfil socieconómico. El Ayuntamiento actúa como agente rehabilitador, por delegación de los propietarios.
En bloques como el de Bentouil, que vive junto a su marido y sus hijos, las escaleras son empinadas y estrechas, con escalones altos, y los rellanos son mínimos, de apenas de unos centímetros frente a las puertas de los pisos. Transitarlas se vuelve costoso, también, cuando se cruza más de una persona.
Los ascensores «nos hacen falta, especialmente a las plantas más altas, y vemos muy bien que los coloquen», señala la vecina. E incide en que en esta zona concreta de Reus, que eclosionó en los años 50, residen hoy «muchas personas de edad avanzada que lo tienen complicado para hacer tanto esfuerzo».
La mujer explica que «el Ayuntamiento vino hace un tiempo a explicarnos que habría reformas en el edificio, que realmente es bastante viejo, con fondos europeos. Y está muy bien porque llevamos mucho tiempo así».
El proyecto ya se está redactando
En la misma situación se encuentra Karima Habid, vecina de la calle Extremadura. Atiende al timbre y explica que «cargar las compras, el agua, las bombonas de gas... Pesa muchísimo cuando una se pone a subir estas escaleras». En buena parte de los edificios en los que se actuará, y también en el de ella, hay cochecitos infantiles en el portal porque «subirlos con el niño es muy complejo».
Habid lleva seis años viviendo allí y comenta que «alguna vez hemos tenido que meter los muebles por el balcón porque las escaleras son demasiado pequeñas». Y subraya que «la gente mayor necesita ascensores». Y es que «hoy en día todos los bloques de viviendas los tienen».
El barrio Fortuny ya tuvo hace alrededor de 15 años un plan muy similar, pero de mayor envergadura. Preveía dotar de ascensores a los 78 bloques residenciales plurifamiliares de la zona, que albergan 646 pisos. Nunca llegó a ejecutarse.
En esta nueva ocasión, la elaboración del proyecto para un mínimo de 10 bloques quedó adjudicada en febrero por 75.988 euros. Fuentes del Ayuntamiento consultadas no especifican si finalmente se trabajará o no en más viviendas.
En cuanto a la eficiencia energética, falta perfilar las medidas que se tomarán para generar un ahorro que oscile entre el 35% y el 45%. Lo que ya se sabe es que se tocarán las envolventes de los edificios, conservando su aspecto exterior.
Con estas mejoras, el Ayuntamiento quiere desencadenar un «efecto palanca para contribuir a revertir la situación urbanística y social del barrio, marcada por la falta de mantenimiento de las viviendas, la poca calidad de los materiales utilizados, la ausencia de ascensores y el envejecimiento de la población». Y poner la primera piedra de una transformación más profunda.
