Si usted es de esas personas que quisieran tener un perro como mascota pero padece alergias, no quiere que ensucie su casa, no le agrada que le muerda las cortinas o el sofá, teme que se ponga a ladrar de noche y despierte a sus vecinos, le fastidia estar pendiente de vacunas o veterinarios, no se compromete a sacarlo cada día o, simplemente, va tan atareado que teme olvidar darle de comer cada día, no se preocupe, los chinos –cómo no– tienen la solución. Se llama AlphaDog, cuesta unos 2.000 euros y es obediente. Ni ladra ni muerde. Es un perro robot equipado con detectores que funciona gracias a la inteligencia artificial, lo que le permite «oír» y «ver» su entorno. Aunque no tiene cabeza ni cola, «es como un perro de verdad», dicen sus fabricantes.
Se trata de una mascota que podrá sacar de paseo, pues alcanza los 15 kilómetros por hora y tiene gran estabilidad, gracias a sus cuatro patas metálicas que detectan la fricción y el nivel de inclinación del suelo para ajustar su altura y la velocidad. Y puede ir con toda tranquilidad por las calles de Tarragona, sabiendo que no le pondrán una multa, pues AlphaDog tiene una gran ventaja sobre as mascotas reales: nunca deja sorpresas desagradables en el suelo. Eso sí, no busque cariño ni calor en él. Es lo que tienen los robots. Y es que todo no se puede tener.