Estamos en unos tiempos de crisis sanitaria, social y económica, que necesitan grandes acuerdos políticos, en beneficio de los intereses generales; y especialmente de los más débiles y de aquellos que tienen y van a tener menos oportunidades.
Y, aunque veamos que los partidos políticos quieren aprovechar y aprovechan las crisis acumuladas, para desmerecer a los adversarios y ponerse sus medallas de plástico; no podemos aceptar, desde nuestros derechos y obligaciones como ciudadanos, que nos sigan tratando con desdén y desde una pretendida superioridad.
Es una época, la de la actual pandemia, muy propicia para usar y abusar del poder político y desde los gobiernos de los distintos ámbitos territoriales, desde el local al estatal, pasando por el autonómico. Ya han conseguido que tengamos, todos o casi todos, un miedo personal y colectivo al virus y sus efectos nocivos. Y ahora, con su mala gestión, van a conseguir que la economía y el estado del bienestar se acaben hundiendo; y entremos en el estado del malestar.
Pues bien, es en esta época de especial dificultad, en la que la sociedad precisa gobiernos de amplias mayorías y buenos líderes políticos y sociales, que sepan actuar en la mejor forma posible para superar las graves crisis; y establecer las bases de recuperación futura, con amplios niveles de convivencia política.
En resumen y hablando claro; sólo un amplio y generoso pacto entre el actual PSOE y el PP, podría ser capaz de sentar las bases de un programa de gobierno, para convencer a la sociedad española de que somos capaces de reiterar acuerdos pasados y de los que todavía estamos viviendo.
Es evidente, dados los números actuales y los votos obtenidos en las últimas elecciones generales, que el primer paso en esta dirección le corresponde al PP de Pablo Casado, que debería ofrecer su apoyo y sus votos al PSOE de Pedro Sánchez, para sacar al país del pozo en el que ya estamos. El resultado de la confrontación política, en ninguna forma podrá ser tan beneficiosa para la sociedad española, como el resultado que se derivaría de unos amplios acuerdos y de la suma de esfuerzos colectivos.
El problema esencial es el de saber si Pedro Sánchez y Pablo Casado son los líderes que España necesita o no lo son. Y en el supuesto de que no lo sean, qué alternativas reales tenemos. Porque, con todo el respeto para los votantes de Podemos y de Vox, ni Pablo Iglesias ni Santiago Abascal son los líderes que necesitamos en este tiempo histórico.
Pedro Clua: Abogado.