Las sorpresas no cesan: la DUI, en vez de desestabilizar al gobierno español, va a desestabilizar al gobierno belga.
Es un gobierno cogido con pinzas, pues su presidente se apoya en los independentistas flamencos. Se formó tras un periodo en el que Bélgica obtuvo el récord mundial de 541 días sin gobierno, durante los cuales, por cierto, mejoró la economía y descendió el paro.
Hay preocupación de que se rompa el equilibrio que sustenta al gobierno de Bruselas. Puigdemont, que habla muy bien el francés, pidió que su comparecencia judicial fuera en neerlandés –con ayuda de traductor– con lo cual le fue asignado un juez flamenco, que podría ser más sensible a sus argumentos.
Este juez decretó que no puede salir de Bélgica. La crisis tampoco podrá salir.