Al reemprender la rutina de escribir, a uno le asalta el pensamiento de algo que leyó en estas vacaciones: el 6 de diciembre de 1273 Santo Tomás de Aquino interrumpió su magna Summa y ya no escribió nada más. Sólo dijo: «Todo lo que he escrito me parece paja comparado con lo que se me he revelado».
A falta de revelación, y con el riesgo de aumentar el volumen de su pajar, el periodista regresa «al tema» y se pregunta cómo es posible que vayamos a las elecciones catalanas más decisivas sin un solo debate serio.
El de Aquino consideraba que la «disputatio», era el mejor modo de hallar la verdad, ya que cada uno aportaba una parte. En el verdadero debate no se ignora al contrincante, ni se le ataca, ni se le quiere ridiculizar y destruir. Se recoge lo que dice para argumentar y construir sobre la desavenencia.
Temo que en esta campaña electoral del 27-S no tengamos ningún debate serio.